Álamo, Ver.- Actualmente, son dos las enfermedades más importantes que ponen en riesgo las más de 60 mil hectáreas de cítrico en la zona de Álamo, siendo éstas el Huanglongbing o HLB y el Virus de la Tristeza de los Cítricos (VTC), las cuales amenazan con destruir los árboles sanos, tal como ha sucedido en otras partes del mundo como Cuba y Florida, acabando con toda la producción.

Sin embargo, la verdadera preocupación de los productores no es el alcance de estas enfermedades, sino el desinterés de parte de las autoridades de Sanidad Vegetal y la falta de capacitación a los productores, pues a pesar de contar con alrededor de 30 millones de pesos etiquetados para 2019, hasta el momento no se han realizado las aplicaciones correspondientes para evitar la incidencia de las plagas y enfermedades.

El HLB es una abreviatura de Huanglongbing, palabra de origen chino que significa enfermedad del brote amarillo. Es una enfermedad de reciente introducción a México (julio de 2009) y que ataca a diversos cítricos, tales como limón, naranja, toronja; también puede atacar a la limonaria. La enfermedad es transmitida por un insecto denominado psílido asiático de los cítricos (Diaphorina citri kuw.) en climas calientes y por psílido trioza erytreae, en climas más fríos. No tiene curación y los árboles infectados mueren en el transcurso de algunos años.

Por otro lado, el Virus de la Tristeza de los Cítricos (VTC) está entre las enfermedades de mayor importancia económica en el cultivo de cítricos. Se encuentra distribuido en todo el mundo y es considerada como la virosis más importante y devastadora de la citricultura en el mundo, ya que ha producido la muerte de millones de árboles de cítricos; es una enfermedad transmitida por un insecto conocido como áfido o pulgón café.

Israel Pardo Mar, titular del área de Desarrollo Agropecuario, afirma que estas enfermedades atacan el sistema “inmune” de la planta, dejándola expuesta a enfermedades oportunistas que provocan la muerte de la misma.

Aunada a estas enfermedades, existe también la mosca de la fruta, que es una plaga cuarentenaria que afecta directamente la comercialización de la fruta, en todos los casos se ha tratado de erradicar el problema con las fumigaciones aéreas, desafortunadamente, el uso de plaguicidas no sólo elimina a los insectos nocivos, sino también a los benéficos, los cuales no tienen la capacidad de recuperarse como lo hacen las plagas, por lo que se han intentado otros métodos menos agresivos para combatirlas, como el control biológico, destacó el funcionario. Pero a pesar de ello, la certificación por baja prevalencia de la mosca de la fruta permite comercializar los cítricos en el mercado nacional.

En el caso del VTC, el empleo de patrones tolerantes, como el cucho, ha resultado eficaz para aumentar la resistencia de las plantas, que se debe combinar con estudios de suelo para determinar qué patrón es el idóneo para una zona determinada, ya que en el caso de Álamo se tienen diferentes tipos de suelos.

En Álamo hay indicios de la presencia del HLB, que es la enfermedad que mantiene en cuarentena a todo el estado de Veracruz desde febrero de 2018, pero nunca ha sido atendida, a pesar de que las autoridades fitosanitarias cuentan, en este 2019, con 30 millones asignados para el combate de plagas y enfermedades. Pero como siempre ha sucedido, esperan que la llegada de estos recursos sea a destiempo, en noviembre o diciembre, que es sólo para justificar gastos, pues para ese tiempo la temporada ya se encuentra en su apogeo.

Destacando algunos productores que hasta el momento no se han realizado las labores preventivas correspondientes a este año, pues para fines de mayo y principios de junio ya se debió haber realizado la segunda aplicación de producto, sin embargo, Sanidad Vegetal no ha mostrado interés por llevar a cabo este trabajo.

Otro problema que enfrenta la citricultura es la falta de capacitación a los campesinos, pues de los cerca de 15 mil productores del municipio, la mayoría emplea la producción de temporal, sólo un 5 por ciento hace uso de equipo tecnificado en sus huertas, es decir, sólo cerca de 3 mil productores emplean un sistema de riego, lo que les permite desfasar la cosecha, asegurando su producción y mejorando su precio.

El productor Javier Argüelles Olarte, representante de la cooperativa de Productores Orgánicos de la Huasteca Veracruzana, detalló que en este momento la citricultura local se encuentra en un punto trascendental, que es cuando se debe realizar la etapa de planeación para lo que será la producción de la próxima temporada, por lo que se deben planear acciones para la cosecha de enero a abril y no padecer la crisis que se registró este año.

Desafortunadamente, dijo, un productor convencional desconoce los problemas y plagas que afectan a sus árboles, a pesar de que Veracruz lleva años en cuarentena por las mismas, por lo que es necesaria más capacitación para el productor, pues al encontrar algún problema en sus árboles, recurre fácilmente al uso de pesticidas que dañan la fauna benéfica, generando un desequilibrio ecológico y disminuyendo la calidad de su fruta.

Esta es la situación que se presenta en la producción citrícola alamense, en la que existe un desinterés de parte de los productores a utilizar equipos modernos por falta de capacitación, pues todo apunta a que los responsables de Sanidad Vegetal están más interesados en otros asuntos que en trabajar para el rescate de la citricultura. Siendo en Álamo, donde se producen diferentes variedades de cítricos con fuerte demanda en los distintos mercados.

Por Alberto Lee