Poza Rica, Ver.- Aunque la madre de Ashley Malixi Miranda Pérez ha declarado que las autoridades no han hecho absolutamente nada para esclarecer el crimen, datos a los que este medio de comunicación tuvo acceso, revelan que la señora Silvia Pérez no declaró al momento de denunciar, que ya sabía dónde se encontraba su hija. “No sé dónde está”, argumentó en su primera declaración, pero la realidad -según la amiga de la joven-, es que Ashley ya había avisado que estaba en la habitación 29 de un conocido motel. Por desgracia, cuando se supo ese dato, ya era demasiado tarde.

La investigación apunta a que Ashley presuntamente fue asesinada por Lluvia, esposa de Erick, éste último con quien Ashley sostenía una relación a pesar de que era casado.

Los celos enfermizos de Lluvia habrían despertado la intención de acabar con la vida de la joven, a quien le tendió una trampa, sólo por tener una relación con un hombre casado.

NO ACTUÓ SOLA

El 9 de diciembre de 2017, último día que madre e hija se vieron, Ashley dijo que acudiría al Centro de Estudios Universitarios del Norte de Veracruz (CESUNV), donde cursaba la licenciatura en Derecho.

La señora Silvia Pérez asegura que su hija recibió una llamada que la puso muy nerviosa mientras estaba en clase, pero esta versión fue desmentida por el personal docente del CESUNV que asegura, ese día la joven no acudió a clases y anexaron a la investigación la lista de asistencia, en la que el nombre de Malixi no aparece.

Los datos a los que este medio tuvo acceso, revelaron que un hombre llamado Moisés fue quien contactó a la universitaria y le dijo que el esposo de Lluvia (Erick) quería verla en el motel. Ashley aceptó la invitación sin pensar que se trataba de una trampa.

Para ese momento, Ashley acababa de descender del coche de Ricardo, otro pretendiente y con quien salía a menudo. Ricardo reveló al Ministerio Público que no vio a la chica ingresar al plantel, pues no pudo estacionar su auto y tuvo que avanzar sobre la calle Mariano Arista de la colonia Tajín. Esa fue la última vez que se vieron.

Hasta ahora no se ha podido establecer si la joven fue llevada por Moisés al motel en una moto o en un automóvil, lo cierto es que al llegar a la habitación 29, Ashley no sospechaba que una cita de placer se convertiría en su muerte; pronto tomó el teléfono y avisó a su mejor amiga: “Habitación 29, motel Las Fuentes, Erick, no contestes”, dijo a través de un mensaje.

ERA UNA TRAMPA

Ashley jamás imaginó que se trataba de una trampa orquestada por la esposa de su amante y la intención era matarla; bastaron minutos para que Lluvia arribara al motel, se hacía acompañar de otra mujer cuya identidad hasta el momento no ha sido descubierta.

Fue hasta ese momento que Ashley se dio cuenta que se trataba de una trampa y en realidad quien quería verla era Lluvia, la esposa de Erick.

Así inició la tortura contra la estudiante de Derecho; desde ese momento dejó de contestar las llamadas y los mensajes que recibía.

Según la investigación PZR2/3515/2017, desde el momento en el que la madre dejó de tener contacto con su hija, buscó a la mejor amiga quien le aseguró que Ashley estaba bien, “me avisó que estaba en un motel porque Erick quería verla; que está bien”, dijo la joven, pero la señora le advirtió que esos datos por nada del mundo podía saberlos la policía; “nosotros tenemos que decir que no sabemos, no pueden saber que mi hija está en el motel”.

A sabiendas de que su hija se encontraba en el motel, Silvia Pérez prefirió omitir ese dato; a su llegada al Ministerio Público le formularon infinidad de preguntas para agotar las líneas de investigación; según el inicio de la carpeta, la mujer nunca dijo dónde se encontraba su hija. Por razones que se desconocen prefirió no decirlo.

Iniciadas las primeras diligencias, se tomaron diversas entrevistas pero no se pudo localizar a la joven; a esto se sumó una marcha para encontrarla, pero tampoco hubo resultados.

EL HALLAZGO

Para la tarde del 14 de diciembre de 2017, la policía de Papantla reportó que encontró un cadáver putrefacto en una zona despoblada, muy cerca de la comunidad Cerro Grande. “Es una mujer”, comunicaba Seguridad Pública cuando eran no más de las 17:00 horas.

Aunque no se tenía la certeza de que se tratara de Ashley, todo apuntaba que era ella; la complexión, la ropa que llevaba puesta y características físicas aumentaban la incertidumbre.

Dos horas después del hallazgo, expertos forenses confirmaron que se trataba de Miranda Pérez; así se estableció que tenía lesiones en los senos, piernas y diversas partes del cuerpo. Resultados de la necropsia presumen que fue atacada con un arma punzocortante, posteriormente la habrían metido en bolsas negras y la llevaron a botar en el camino donde apareció.

Al acudir a comparecer para el reconocimiento del cuerpo, los familiares de la joven exigieron que se investigaran los hechos y se llevara ante la ley a los culpables.

CON TESTIMONIO DE TAXISTA, FISCALÍA ESCLARECE EL CASO

La carpeta de investigación revela que la mujer que planeó la muerte de la universitaria habría sido ayudada por un hombre y una mujer; el hombre es Moisés “N”, que luego de los hechos decidió huir a otro estado, donde finalmente el 4 de septiembre de 2018 fue detenido. Días antes, Lluvia “N”, la autora de estos hechos también fue aprehendida y sujeta a proceso penal bajo la medida cautelar de prisión domiciliaria, pues se encontraba embarazada y según la defensa, “era de alto riesgo”.

El taxista habría revelado que el 9 de diciembre le solicitaron un servicio en el motel Las Fuentes, pero antes le pidieron comprar dos bolsas de color negro.

Según el testimonio, habría sido un hombre quien echó en la cajuela las bolsas que en su interior hacían notar algo abultado.

Bajo esa declaración, la Fiscalía Segunda Investigadora, a cargo de la licenciada Karol Denisse Paz Miranda, ordenó el aseguramiento de la habitación 29; en consecuencia, un grupo de peritos acudieron a recabar indicios que ayudaran en la investigación. La sangre había sido limpiada, pero aun así se hallaron algunas manchas; también encontraron cabello.

La madre de Ashley ha manifestado su inconformidad por la medida cautelar que le fijaron a la imputada y, asegura que es injusto que Lluvia esté tranquilamente fuera del reclusorio.

No obstante, según el Código Penal, el Código Nacional de Procedimientos Penales en su artículo 166, establece las excepciones de la prisión preventiva que, en su párrafo segundo explica: “podrá haber prisión domiciliaria cuando se trate de mujeres embarazadas, o de madres durante la lactancia”. A criterio del juez, Lluvia fue sometida a prisión en casa.

Ha pasado más de un año desde que ambos fueron detenidos y mientras Moisés “N” espera en la cárcel su sentencia por participar en el crimen; Lluvia “N” sigue enfrentado su proceso fuera del penal, pues aunque ya concluyó el embarazo, ahora sigue el periodo de lactancia.

En tanto, la fiscalía busca que cuanto antes la autora intelectual sea llevada a una prisión por el delito de feminicidio.

De la misma manera, aunque Silvia Pérez dice que la relación entre Ashley y ella era muy buena, los dos amigos de la joven declararon a la fiscalía que en repetidas ocasiones ésta les decía que en su casa la maltrataban, que no la dejaban agarrar comida del refrigerador y cuando hacía frío no la dejaban bañarse con agua caliente. Todo eso, también se encuentra declarado en la carpeta de investigación 3515/2017.

Lo que es evidente, es que la joven universitaria fue asesinada por un asunto pasional; pero aun y con todo eso, personas que conocieron a la estudiante lamentan que su propia madre no hubiera dicho dónde se encontraba. “Tal vez no lo hizo porque como son mormones, la señora Silvia nunca hubiera soportado que dijeran que su hija andaba en un motel con un hombre casado; qué mal porque tal vez la pudieron hallar viva. En fin, eso ya queda en la consciencia de cada quien”, dice otra joven que también conoció a Ashley Malixi Miranda Pérez, y que también pide que los culpables sean refundidos en una prisión.