Poza Rica, Ver.- Las empresas Smart Grúas y Grúas Gatsa, en diciembre del 2018 comenzaron su operación en distintos puntos del estado, uno de ellos es Poza Rica, donde han logrado amasar gran fortuna, pero al mismo tiempo han evidenciado que lejos de ser una empresa seria, sólo buscan desmantelar los autos que les dejan encargados.

El robo de autopartes que involucra a personal de Smart Grúas ya había sido evidenciado el 12 de marzo del 2019, hecho que Vanguardia dio a conocer en su edición 0415, respaldada en la denuncia F3/339/2019 iniciada en la ciudad de Poza Rica.

Ahora, de nueva cuenta se denunció que la empresa está vinculada a actividades ilícitas, pero esta vez, la afectada narró a detalle cómo logró saber de esta colusión entre las dos empresas y la Fuerza Civil.

Primero, María del Rocío Huerta Torres explicó que el pasado 21 de septiembre le robaron un auto de alquiler con número económico 2714 de la ciudad de Poza Rica. Horas después del hurto, acudió a denunciar y así se inició la investigación UIPJ/DVII/F3/2186/2019.

Tras varias horas de búsqueda y no ver resultados, decidió acudir a varios corralones para ver si en alguno hallaba su vehículo. En uno de tantos encierros le dieron la dirección de Gatsa Grúas, ubicado en la calle Mecatepec número 206 de la colonia Lázaro Cárdenas, por lo que decidió acudir el 29 de septiembre; de esa manera vio que entre varias unidades de alquiler se encontraba la de ella, sin embargo, era domingo y sabía que no podía hacer mucho.

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Al día siguiente acudió nuevamente y de inmediato se dio cuenta que la unidad estaba visiblemente desvalijada e incluso parecía que más bien la estaban arreglando; no había duda, pues vio que el número económico coincidía, por lo que decidió pedir informes. Lo único que le aportaron fue que había aparecido en una zona despoblada en Papantla y que incluso en la fiscalía ya había una investigación.

“Me trasladé a Papantla donde me dijeron que en efecto, la unidad apareció al día siguiente de que me la robaron, pero todo se me hizo muy raro, varias cosas no me cuadraban”, explica.

Aunque contrario a la declaración de los encargados del lugar, la fiscalía de Papantla dijo a la agraviada que la unidad había aparecido en calles de la calle Mariano Abasolo Moreno de la colonia Emiliano Zapata, versión que se confirma con el informe policial homologado, cuya copia tiene en su poder este medio, en el cual se especifica que la unidad estaba cerrada y completa. No le hacía falta ninguna pieza y se observaba en buenas condiciones, documento que firman los elementos Omar M.R., Pedro G.S. y Miguel Ángel H.V., y del que se desprendió la carpeta de investigación UIPJ/DVIII/F2/1217/2019.

Tras una serie de diligencias, la afectada acudió junto con una perito para constatar en qué condiciones se encontraba la unidad, confirmando que estaba completamente desvalijada, incluso no tenía motor; además, varias piezas, entre ellas las llantas, habían sido cambiadas. Finalmente, para el 2 de octubre, María del Rocío acreditó la propiedad para que se ordenara la liberación de la unidad y a pesar de tener en su poder la hoja de liberación expedida por la fiscalía de distrito en Papantla, en Gatsa no le entregaron el carro, pues a versión de los empleados, era necesario que en la SSP en Xalapa calcularan el cobro que tenía que cubrir la propietaria para la entrega del coche.

En este sentido, la mujer acusa que llegará hasta las últimas consecuencias en ese caso, pero advirtió que ese lugar es más bien un centro de desmantelamiento de taxis, cuyas piezas seguramente son comercializadas ilegalmente.

Asimismo, dijo temer por su integridad por poner el tema al descubierto, tan es así, que el día que ejecutaban la inspección, una persona aparentemente desconocida disparó con un arma a su esposo con la intención de intimidarlos, por eso tuvieron que interponer otra denuncia asentándose estos hechos en la carpeta F7/2380/2019.

Han pasado más de 45 días y la denunciante no ha logrado recuperar su unidad porque presuntamente la SSP no ha determinado cuanto debe pagar a Gatsa y/o Smart Grúas, que para la víctima representan la misma empresa, sólo que son domicilios distintos. Se presume que primero, estas unidades son desvalijadas en Gatsa y después terminan en Smart Grúas, en la calle Pozo 61 de Plan de Ayala, Tihuatlán; por si fuera poco, llama la atención que ninguna de estas direcciones está rotulada con el nombre de la razón social que representan.

¿Cuál es el interés de los policías de Fuerza Civil por traer un carro hallado en Papantla hasta Poza Rica? ¿Qué hacía mi carro en un taller? ¿Por qué le estaban quitando piezas? ¿Las ganancias que dejan estos corralones se reparten con la corporación policiaca? Pregunta finalmente la afectada.