Poza Rica, Ver.- A Nelly García la mataron el Día de los Inocentes. Su muerte se recuerda como uno de los crímenes más aterradores de los últimos tiempos en esta ciudad, ya que las lesiones son consideradas infamantes por la saña con la que fue privada de la vida; a un mes de los terribles hechos, la FGE no tiene ni la menor idea de quién es el asesino y los colectivos de la comunidad LGBT acusan que el fiscal del caso está de vacaciones.

Nelly García, una chica trans que desde hace meses migró de Tamiahua a la ciudad de Poza Rica en busca de mejores oportunidades, se dedicaba al trabajo sexual y sus amigos y compañeras de trabajo la conocían como “La Bimbo”.

Cerca de la madrugada del 28 de diciembre, Nelly arribó a una pensión de la colonia Tajín acompañada de un hombre cuya edad presuntamente no rebasaba los 30 años. Según testigos, el sujeto traía gorra, cubrebocas, pantalón de mezclilla y chamarra oscura.

Nelly murió de la manera más atroz posible. No conforme con haberla herido, el individuo le mutiló varias partes del cuerpo. El cadáver fue hallado debajo de la cama horas después de que el sujeto se fue; la chica trans estaba sin vida y con lesiones en todo el cuerpo. Incluso se llegó a pensar que le habían extraído órganos, pero más tarde se confirmó que no.

Tras consultar a expertos forenses de la FGE de Veracruz, refirieron a Vanguardia que todo parece indicar que el victimario podría ser alguien con traumas o que ocultaba sus sentimientos o deseos sexuales y -seguramente- luego de tener intimidad con Nelly se sintió culpable y decidió matarla. “Generalmente, tras este tipo de actos hay un ser que tiene problemas mentales, que esta reprimido, o que no se acepta como una persona que le gustan los hombres o las personas transexuales (sic); al sentirse culpables por lo que ya cometieron suelen ser agresivos o se desquitan con la persona”, agrega.

Las autoridades activaron el protocolo para investigar el caso como un feminicidio; dos médicos legistas (mujeres) practicaron la necrocirugía de ley y determinaron que la víctima sí tuvo relaciones sexuales antes de ser ultimada. A un costado del cuerpo hallaron un preservativo.

24 de diciembre visitó a sus padres

Tras la desgarradora noticia que circuló en medios nacionales, el padre de Nelly acudió ante el Ministerio Público para reclamar los restos. Él pidió a la FGE investigar los hechos y aclarar los motivos que causaron tan atroz crimen. “Mi hijo no se merecía eso, no le hacía daño a nadie. Por favor que no se quede así”, exigió.

La familia y amigos de la infancia de Nelly narraron a las autoridades que acudieron hasta Tamiahua para inspecciones de campo, que era una persona seria y unida a su familia, “apenas el 24 de diciembre cenó con sus papás, vino a verlos y se fue el 25”, dijeron.

Y es que según relatan, en su última visita a Tampache, Tamiahua, el padre de la joven le pidió que se quedara, que pusieran un negocio con venta de pollo (que antes ya tenían), pero Nelly prefirió regresar a Poza Rica donde ya se había establecido y tenía varios amigos.

Confirman que había buena relación entre la joven y sus padres y siempre recibió apoyo principalmente de su papá; fue justamente él quien acudió a Poza Rica para reclamar los restos y darle cristina sepultura.

30 días de impunidad

A un mes de que Nelly García fuera asesinada, las autoridades no tienen ni la menor idea de quién es el asesino. Activistas como Jaazz Bustamante y Cristina Ortiz han denunciado que el crimen podría quedar impune porque en la fiscalía de Poza Rica no hay ni siquiera una línea de investigación definida y, lo que es peor, ya pasó un mes y la policía no tiene avances.

Quienes fueran sus compañeras de trabajo señalan que en otra ocasión ya la habían atacado (a batazos), pero sobrevivió gracias a la atención médica que le brindaron de inmediato.

Integrantes de asociaciones civiles denuncian que lamentablemente la fiscalía no ha esclarecido los crímenes de odio en todo el estado, y esta sería la causa por la cual este delito ha incrementado en los últimos años. “Los delitos quedan impunes y los agresores vuelven a atacar”, resaltan.

Quienes conocieron a Nelly reprueban versiones que circulan en redes o que algunos especulan donde pretenden involucrarla en actividades ilícitas; “después de que la mataron, en la Constitución pusieron un mensaje donde dice que la mataron por ratera y que según debía dinero de drogas, pero nosotros podemos afirmar que ella no se metía en problemas, a su trabajo y ya”, dice una de sus compañeras.

Lastimosamente, este y otros casos evidencian que en Veracruz no hay una estrategia para combatir estos delitos, por lo que es altamente probable que en la búsqueda de justicia, las víctimas u ofendidos sean revictimizados. Lo último que supieron los amigos y familiares de la víctima es que el fiscal que lleva el caso está de vacaciones.

Veracruz ocupa el primer lugar nacional en asesinatos por razón de género o preferencia sexual, y de acuerdo a los activistas, a pesar de que la FGE cuenta con un protocolo para investigar con identidad de género, los servidores públicos no los aplican, les es más fácil archivarlos. Según el párrafo cuarto del artículo 367 bis del código penal del estado de Veracruz y que castiga el delito de feminicidio, existen razones de género cuando: “a la víctima se le hayan infligido lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones previamente a la privación de la vida o se realicen marcas degradantes al cadáver”, supuesto que se cumplió en el caso de Nelly.

Activistas de los derechos LGBT han exigido que la FGE indague como “transfeminicidios” estos casos. En lo que va del 2020 suman más de 20 crímenes de odio en el estado, y pese a las promesas de la FGE de esclarecer estos casos, amigos y familiares de las víctimas aseguran que la justicia para ellos “tarda mucho o de plano no llega”.

Por Clemente Hernández Reyes