Tantoyuca, Ver.- Luego de que trascendiera en redes sociales el supuesto desperdicio de cientos de vacunas contra influenza y que generó pérdidas económicas de más de cincuenta mil pesos, la noticia corrió como reguero de pólvora y a tan sólo unas horas, han surgido quejas en contra de la directora del centro de salud quien a sabiendas de que el biológico ya no servía, ordenó su aplicación.

De acuerdo con datos revelados este lunes por un portal de noticias, la doctora Graciela Mahalet del Ángel Rodríguez, quien es la directora del centro de salud urbano, fue quien supuestamente ordenó la aplicación de las vacunas que días antes se habían echado a perder.

Un accidente en la red de frío ocasionó que 92 frascos que contenían cada uno 10 vacunas contra la influenza quedaran inservibles debido a una variación de la temperatura, y aunque los encargados refieren que sólo las vacunas contra la influenza se congelaron, en el refrigerador había además dosis contra Virus del Papiloma Humano, SRP, neumo 13, tétanos y difteria, rotavirus, contra la tuberculosis, antirrábica humana, también contra tétanos, difteria y pertussis acelular, así como vacunas contra la difteria, tétanos y tosferina, pero no se aclaró si esas sirvieron o no.

Se dice que la directora de todas maneras habría ordenado la aplicación del biológico, pero los superiores de Graciela Mahalet aseguran que las cosas no ocurrieron de esa forma e incluso se levantó un acta administrativa tan pronto el policía que vigila la unidad dio aviso. Aseguran que no se aplicó ninguna vacuna que ya no sirviera, pero las acusaciones son otras.

No obstante, hubo quienes indicaron en las redes sociales de los medios que publicaron la información, que todo carecía de veracidad y pidieron la lista de quienes se hubieran quejado o mostraran reacciones a la vacuna; al consultar opiniones de expertos, se indicó que una vacuna echada a perder literalmente es agua, y de ninguna manera provocaría reacción simplemente no protege contra la enfermedad que se supone previene.

En un documento se explica que supuestamente al trasladar el biológico al hospital pero no todo fue recibido y para eso serían las 9:00 de la mañana, pero el personal de la unidad médica urbana le fue notificado desde horas antes.

En defensa de la directora de la unidad médica donde ocurrieron los hechos, salió el jefe de la Jurisdicción Sanitaria Uno con sede en Pánuco, el ingeniero Héctor Amado Guzmán, quien dijo que hay evidencia de que se siguió el procedimiento correcto y sólo hubo “pérdidas económicas por más de 53 mil pesos”, ahora bien, resulta extraño el por qué hasta este momento se hizo la aclaración, aunque el jefe dijo, “no consideró que esos datos fueran relevantes”. Asimismo, se ignora si hubo alguna sanción, o quien pagaría el costo de esas vacunas que por cierto buena falta hacen en hospitales y zonas rurales.

Resulta importante aclarar que pareciera como si los encargados de la Jurisdicción Sanitaria solaparan las acciones de la doctora involucrada, pues un sinfín de documentos que se desconoce si fueron creados en esa fecha, fueron exhibidos a favor de la directora quien además, da un trato indigno y es despectiva al referirse a los pacientes que llegan desde muy lejos a solicitar consulta.

De igual forma, se logró saber que tras el escándalo la culpa recayó sólo en Diana, la encargada del módulo de vacunas, quien es señalada como una enfermera mal encarada y altanera, quien en la mayoría de las ocasiones niega las vacunas a mujeres de escasos recursos. Tal parece que las aparta para puro conocido, dicen.

No es novedad que existan quejas por la mala atención en el centro de salud que, aunque haya sido reconstruido y esté a punto de ser entregado, carezca de personal sensible a las necesidades de la gente.