Coatzintla, Ver.- En un pueblo sin ley, y donde sólo se obedecen las órdenes de Primitivo Tirado Fajardo y la alcaldesa Patricia Cruz Matheis, en eso justamente se ha convertido la comunidad Escolín donde se respira miedo e incertidumbre, porque gente aliada al pseudo líder derriba casas si sus moradores no pagan las cuotas exigidas.

Este jueves, en medio de un conflicto arrastrado desde hace años, los secuaces de Primitivo arremetieron contra varios habitantes y les echaron abajo las casas que con esfuerzo habían montado a base de palos y láminas de cartón. La discusión estuvo a punto de salirse de control, pues los aliados del líder amagaban con machetear a los invasores.

De estos hechos, los vecinos sólo responsabilizan a Primitivo Tirado y a la alcaldesa Patricia Cruz, que desde hace tiempo han hallado en la venta de lotes un negocio demasiado redituable, que se suma a la venta de energía eléctrica a precios altísimos; tener luz es un lujo que pocos ahí pueden darse.

Primero, los vecinos aclaran que para poder hacer sus negocios, la munícipe nombró líder a Primitivo, pues sólo de esa manera podía controlar todos los ingresos y explotar a más no poder a los habitantes. Incluso, han instalado cantinas y expenden alcohol las 24 horas, sin restricción alguna y sin contar con permisos correspondientes a ese giro, aunque el colmo es que venden cervezas a unos pasos del kínder. Vaya ejemplo.

Por su parte el señor Primitivo dice estar tan respaldado por la alcaldesa, y vocifera que si ella lo puso, será ella quien lo quite, y por el momento eso no ocurrirá. Pero la presidenta municipal no es la única que al parecer apoya las acciones del vividor que se ostenta como líder, pues los mismos vecinos acusaron ante este medio de comunicación que un policía estatal, que al mismo tiempo es hijo de Primitivo Tirado Fajardo, avala las acciones de su padre y de ser necesario, se encargará de desaparecer a los que no se “alineen”.

La situación es tan grave, que los afectados narraron que acudieron a ese lugar para invadir lotes, porque no tienen dinero para comprar un terreno y construir sus casas; “primero Dios nos podamos quedar aquí y ya sea de nosotros”, dijo una mujer que ha soportado las vejaciones de Primitivo, pero advierte que no está dispuesta a seguir aguantando y exige que personal de gobierno del estado tome cartas en el asunto, pues cada día que pasa esa situación empeora.

Otro de los quejosos sostuvo que para poder hacerse de un lote de dimensiones no tan grandes, primero les piden al menos 10 mil pesos, después pueden construir sus casas, pero con el paso de tiempo deben aportar dinero para supuestas mejoras que nunca le hacen a la comunidad y, más bien, pasan a ser ganancia de unos cuantos.

La exigencia de cantidades de dinero que prácticamente son impagables, ocasiona que el supuesto líder y su grupo de malhechores derriben las casas sin importar la oposición de los que ahí viven.

En este sentido, hubo otra mujer que dijo ser víctima de las violaciones de Primitivo, quien le derribó su casa con el fin de que ella se alejara, pero al no lograrlo después la lesionó al grado de dejarle inmóvil un brazo; por esos agravios, el susodicho hasta la fecha no ha respondido a pesar de que ya fue denunciado en la Fiscalía General del Estado desde el 2017.

Mientras la presidenta de Coatzintla y su grupo de aliados lucran con la necesidad de los invasores, estos sólo buscan vivir en paz y que alguna autoridad se interese en ayudar y poner fin a las tropelías que sufren a diario.

“¿Acudir al Ayuntamiento a quejarnos? Ni de chiste, pues es la misma presidenta que está detrás de esto y por más que ponga su cara de mustia y caritativa, es tan mala como todos los que nos han engañado”, dijo otro individuo que exige un alto a los abusos.