Xalapa, Ver.- Este 13 de agosto, a la edad de 88 años, el cardenal Sergio Obeso Rivera fue sepultado en la Catedral Metropolitana de la ciudad de Xalapa, un hombre que se caracterizó por luchar siempre por el bien común y el de los veracruzanos, además de ser un hombre de gran sentido del humor, probablemente heredado por su padre. Fue el primero de la provincia eclesiástica de Xalapa en haber sido distinguido con el nombramiento de cardenal.

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En una muy emotiva eucaristía que celebró su sucesor, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, acompañado de unos 300 presbíteros concelebrantes del estado de Veracruz y de otros estados de la República Mexicana y de su familia, el arzobispo recordó su vida y obra en favor de los más necesitados, así como su labor para restablecer la relación iglesia-estado.

A esta homilía llegaron sus familiares más cercanos como don Antonio Chedraui Obeso, Manolo Fernández y su esposa Estela Chedraui; don David Velasco junto con su esposa Anita Chedraui Obeso, padres de David Velasco Chedraui, exalcalde de Xalapa.

Asimismo, Irma Chedraui, Fernando Benítez Obeso, sobrino del cardenal y exsecretario de Salud.

No llegó a esta homilía ni el gobernador ni ningún otro miembro de su gabinete, excepto el director de Asuntos Religiosos del Estado, Ulises Montes.

Quien sí llegó como se esperaba fue el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien siempre se definió como amigo muy cercano del cardenal; el exmandatario llegó acompañado de Rogelio Franco Castán, exsecretario general de Gobierno.

El cardenal Sergio Obeso Rivera nació en la ciudad de Xalapa, el 31 de octubre de 1931 y aunque su familia residía en el pueblo de Las Vigas, a 30 kilómetros de Xalapa, su padre fue don Emilio Obeso, nacido en una provincia de España.

Sergio Obeso fue un hombre muy honesto, trabajador, de fácil relación, con excelente sentido del humor. Su madre fue doña Estela Rivera Ramírez, oriunda de Las Vigas, fue una mujer profundamente religiosa, inteligente y enérgica.

Sus papás contrajeron matrimonio en 1920 y procrearon a nueve hijos, cinco mujeres: Estela, Concepción, Flora, Dolores y Tatiana y; cuatro varones: Emilio, Jesús, Sergio y Jaime, siendo Sergio el sexto entre sus hermanos.

“Mi madre me dio la vida dos veces, me prefirió, a su propia vida, porque estando yo por nacer tenía un grave problema, por eso los médicos le pusieron el dilema: o usted aborta o usted se muere. Ella consultó a un médico creyente y a su confesor, quien le aconsejó: te mueres en la raya, pero no debes abortar. Ella aceptó y me dio a luz, quedando paralítica durante algunos meses. Un auténtico himno a la vida humana con hermosos frutos”, subrayó Hipólito Reyes, al recordar lo que don Sergio contaba sobre su nacimiento.

Don Sergio ingresó al Seminario Diocesano de Xalapa, el 23 de enero de 1944, a la edad de 12 años, el 10 de octubre de 1947, poco antes de cumplir los 16, fue enviado a la ciudad de Roma para continuar su formación sacerdotal. Tuvo su residencia en el Pontificio Colegio Pío Latinoamericano y realizó sus estudios de Filosofía y Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana, en la cual obtuvo la licenciatura en Teología y el doctorado en Espiritualidad.

Don Sergio fue presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana durante tres trienios y también presidente de las comisiones del Clero y de la Pastoral Social en otros trienios respectivos.

Fue también uno de los principales gestores de la reanudación de las relaciones entre el Estado y las iglesias en 1992, así como uno de los coordinadores de la significativa Carta Pastoral titulada “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos”, publicada en el año 2000.

En la solemnidad de Pentecostés, celebrada el domingo 20 de mayo de 2018, el Papa Francisco, al final del rezo de Regina Coeli, anunció la designación de nuevos cardenales de la iglesia católica, apostólica y romana. Por vez primera, la provincia eclesiástica de Xalapa había sido distinguida con el nombramiento de un cardenal, Sergio Obeso Rivera. A sus 86 años recibió el capelo y el anillo cardenalicio, el 28 de junio de 2018, de manos del Papa Francisco, en la basílica de San Pedro, en Roma.

Llegaron a despedir a Sergio Obeso, el cardenal Norberto Rivera Carrera, los obispos Gonzalo Alonso Calzada, de Tehuacán; Mario de Gasperín Gasperín, arzobispo emérito de Querétaro; Eduardo Cervantes Merino, de Orizaba; Ramón Calderón Batres, arzobispo emérito de Linares; Lorenzo Cárdenas Aregullín, de Orizaba; Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, obispo emérito de Veracruz, entre muchos otros.

Por Ángeles González Ceballos