Papantla
Voladores son patrimonio, pero nulo es el apoyo que reciben
Papantla, Ver.- Sin lugar a dudas, la crisis económica que trajo consigo el COVID-19 afectó a todos los sectores de la sociedad, pero a algunos más que a otros, tal es el caso de los voladores de Papantla, danzantes que ejecutan el ritual sagrado herencia de la cultura Totonaca arriesgando sus vidas, pero sin recibir casi nada a cambio.
Los coloridos y valientes danzantes que han dado fama mundial a este municipio, atraviesan por una precaria situación, puesto que primero no se les permitía ejecutar el ritual sagrado y ahora que lo pueden hacer, apenas y logran sacar la mitad de un salario mínimo, situación que los tiene sumidos en la miseria.
“Los voladores no somos un espectáculo, no hacemos una acrobacia, nuestra danza es la más pura y palpable manifestación de un legado que se niega a morir, es el legado de nuestra cultura Totonaca. Subirnos al palo volador no es una muestra de valentía, es una muestra de respeto y devoción, es el ofrecimiento de nuestra vida a la naturaleza, para que haya fertilidad en nuestra tierra, pero la gente no lo sabe y no nos valoran”, dice Anselmo García, volador oriundo de San Antonio Ojital.
A lo largo del día, los danzantes voladores realizan el ritual en múltiples ocasiones, en ese momento se turnan para salir en búsqueda del sustento, recorriendo restaurantes, los alrededores del parque central y en las calles cercanas. Cuando los 5 valientes danzantes comienzan a escalar, es momento de salir en búsqueda de turistas o algún local que se desprende de entre 5 y 10 pesos, al final del ritual sagrado, el encargado de la colecta vuelve para contar el dinero obtenido, después viene la repartición y a esperar a que llegue la hora de volver a emprender el vuelo y con ello la colecta, esta vez, será otro del grupo quien se encargue.
“Llevar este traje es un gran orgullo, pero no se puede vivir de esto, al menos no con dignidad, de nada sirve ser patrimonio de la humanidad si tienes que vivir con $50 pesos, el gobierno no nos ayuda, por eso pedimos coperacha con los turistas, con la gente que viene y nos toma fotos, porque no tenemos otro modo de vida y tampoco queremos que el legado de nuestros abuelos se pierda o quede en el olvido”, señala el entrevistado.
La indumentaria de un danzante Volador ronda por los $15 mil pesos, por eso la mayoría tiene trajes viejos, que ya casi no les quedan, algunos están rotos o descocidos, por eso deben elegir entre comer o arreglar sus trajes, aunque la elección es más que obvia. Los danzantes no sólo deben ver por sus trajes, también deben comprar cuerdas, pagar el mantenimiento de “la manzana”, que es el cuadro de madera donde se sientan, enredan la cuerda y sobre la cual el caporal danza y toca la flauta con el tamborcillo ofreciendo su vida hacia los cuatro puntos cardinales.
Gutiérrez Zamora, Ver.- Luego de que el pasado lunes 24 de mayo, alumnos de la escuela secundaria federal “Lázaro Cárdenas del Río”, volvieran a las aulas bajo un esquema al que denominaron estrategia mixta del regreso a clases presenciales de manera escalonada y voluntaria, se determinó la suspensión de la misma las aulas debido al cambio de semáforo a color amarillo, por lo que se retomarán las clases a distancia.
Tras dos semanas de trabajo, el director de la institución, David Saldaña Vázquez, informó que desde este lunes 7 de junio las clases presenciales serán suspendidas nuevamente, siendo hasta que el semáforo epidemiológico permita que los alumnos puedan volver a clases.
Como se recordará fue establecido que las clases serían para tercer grado los días lunes, de 07:30 a 12:30 horas. Los martes para segundo grado y los miércoles para primer grado, en el mismo horario.
“Regresamos a las clases en línea para salvaguardar la salud de los alumnos y de sus familias, así como la de los docentes, seguiremos trabajando a distancia con los alumnos como se hacía anteriormente y pues no hay una nueva fecha para volver a clases, pero estaremos más que listos para que cuando las condiciones lo permitan, los alumnos puedan regresar a esta su escuela”, finalizó.
Papantla, Ver.- La mañana de este miércoles, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y de la Fuerza Civil arribaron a las instalaciones de la Inspección de Policía Municipal, donde concentraron a los más de 150 elementos de esa corporación, para desarmarlos y llevarlos a la ciudad de Xalapa, donde serán sometidos a exámenes de control y confianza.
Hasta el momento no se han emitido posturas oficiales de los gobiernos estatal y municipal, sin embargo, ha trascendido que la intención de esta sorpresiva determinación es detectar a aquellos elementos que podrían tener vínculos con grupos delictivos. Esto ante los últimos hechos delictivos que han ido en incremento.
Más de un centenar de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y de la Fuerza Civil rodearon las instalaciones de la policía municipal, incluso llegó al lugar personal del cuerpo antimotines para disuadir cualquier posible situación de violencia que pudiera haber surgido.
Familiares de los Policías Municipales arribaron a pedir informes de sus seres queridos, puesto que no saben cuándo y cómo serán llevados a Xalapa, además de tener incertidumbre por su regreso.
Cabe señalar que esta es la segunda ocasión que la corporación municipal es concentrada a la capital del estado, la primera ocasión se registró en 2015, tras la desaparición forzada de tres jóvenes a manos de ocho exelementos de esta misma corporación.
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Papantla, Ver.- Policías municipales que realizaban rondines de seguridad en la calle Cruz Roja, se percataron de la presencia de dos menores de edad que en un callejón que conduce hacia la calle 5 de Mayo se encontraban sosteniendo relaciones sexuales, por lo que de inmediato procedieron a asegurarlos.
Se informó que se trata de Perla “N” y Luis “N”, ambos de 16 años, que entre lágrimas pedían que los dejaran ir, sin embargo, los policías dijeron que serían trasladados hasta la inspección y ahí serían entregados a sus padres.
Los uniformados señalaron que los jóvenes incurrieron en faltas a la moral y que no tuvieron el más mínimo pudor, por lo que amparados en la oscuridad de la noche y la falta de lámparas de alumbrado público en ese lugar, decidieron dar rienda suelta a sus pasiones.