Agua Dulce, Ver.- El aborto, penalizado o no, se practica en Veracruz; en el 2016, 79 niñas de entre 10 y 14 años fueron atendidas en instituciones del sector salud por un aborto, y entre el 2017 y el 2018 el número se elevó a 114 casos. En el caso de las jóvenes de entre 15 y 19 años, tan sólo en el 2016 hubo registro de  mil 256 casos. Sin embargo, la mayoría de estas prácticas se realizan en la clandestinidad, porque a pesar de que Veracruz cuenta con la primer Alerta de Género por Agravio Comparado de todo México, en la entidad las mujeres no tienen permitido acceder a una interrupción legal del embarazo.

Los grupos conservadores argumentan que la vida se debe proteger desde la concepción, de modo que aunque se ha impulsado en el Congreso del Estado la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, así como el incrementar las causales para permitir la interrupción y modificar los artículos 149, 150 y 154 del código penal de Veracruz, la bancada del PAN y el PRD votó en contra de esta iniciativa.

Previamente, la asociación civil “Humanismo y Trascendencia por Veracruz”, que encabeza Fernando Pérez Vignola, había advertido al PAN con un costo político si se despenalizaba el aborto. “Nuestra advertencia es que estamos muy atentos a su desempeño, ya que de ello habrán de derivar acciones para 2018”.

“Más allá de la opinión que pudieran tener los grupos de la iglesia católica en Veracruz, se vive una problemática de falta de justicia y salud”, sentenció la coordinadora de Equifonía, Araceli González Saavedra.

La renuencia a reformar la ley que impulsó Javier Duarte de Ochoa en el 2016 y que abrió la puerta a la criminalización de las mujeres que lo practicaran, ha llevado a que Veracruz sea la única entidad con dos Alertas de Género, una por feminicidios y otra por violentar los derechos de salud reproductiva de las mujeres.

La Comisión Nacional de Víctimas (Conavim) dio un plazo de seis meses, que venció el 30 de septiembre del 2017, para modificar el código penal.

Aborto es común

Aunque la práctica está penalizada, el aborto es una práctica común en la entidad. La persecución y las consecuencias legales orillan a que las mujeres tengan dos opciones, quienes poseen recursos viajan a la Ciudad de México, en donde la interrupción del embarazo es legal bajo cualquier circunstancia si es dentro de las primeras 12 semanas; pero para aquellas de bajos recursos, los remedios naturales, pastillas adquiridas en internet, las autolesiones o la visita a clínicas clandestinas son prácticas habituales, orilladas por la falta de acceso a un servicio de salud. Es decir, que las mujeres en condiciones marginadas son las principales víctimas.

Apenas a finales de mayo se encontró un producto de unos seis meses de edad en un arroyo de aguas negras en Las Choapas; en el 2016, en la colonia Solidaridad, una de las más pobres del municipio, se encontró un feto que habían intentado arrojar al pantano, pero que cayó en el patio de un vecino. Como estos casos abundan en Veracruz, en donde Coatzacoalcos ocupa el tercer lugar en el número de abortos practicados.

Aquellas mujeres que no pueden acceder a un aborto por cuestiones económicas, o por las consecuencias legales, se ven forzadas a continuar el embarazo y tener un hijo, “con todo lo que ello implica”.

Incluso cuando ocurren casos de mujeres embarazadas por violación, el mismo sistema de justicia, a través de los fiscales, retrasa la posibilidad de que las mujeres viajen a la Ciudad de México, pues de acuerdo a las leyes, en casos de violación es en el mismo estado en donde se debe interrumpir el embarazo. En muchos de estos casos son mujeres indígenas, adolescentes o mujeres sometidas a la violencia quienes más han sufrido.

En Veracruz, durante el 2017, se abrieron 20 carpetas de investigación por aborto, pero la realidad estima que son cientos de casos los que se registran al año, casi todos en la clandestinidad y sin apoyo médico profesional.

Debate

El caso más reciente que ocurrió en Las Choapas abrió de nuevo el debate sobre el tema, mientras que buena parte de la sociedad se pronunció en contra, también surgió el argumento de las condiciones en las que se encontraría la futura madre, ya sea por violencia o por carencias económicas.

El hecho de despenalizar el aborto no significa que más mujeres vayan a abortar, pues la práctica ya se hace sí o sí en Veracruz, sino que lo que busca es que quienes deciden interrumpir un embarazo lo hagan en condiciones de salud, para así evitar la muerte materna y escenas como las que se han hecho comunes en el sur del estado, en donde los fetos terminan en canales de aguas negras.

Por Violeta Santiago