Agua Dulce, Ver.- Blanca Estela Salinas Hernández es técnico en urgencias médicas nivel básico (TUM-B) y Licenciada en Enfermería. Además de contar con más de 30 años de servicio humanitario en la Cruz Roja y en el área de salud, tiene dos hijos varones, de 24 y 17 años, que llegaron siendo ya trabajadora y voluntaria.

“Como toda mamá trabajadora tenía que buscar a alguien que me apoyara a cuidarlos; a veces ellos se iban conmigo a la Cruz Roja”, recuerda la entrevistada, quien actualmente es jefa de capacitación en la Benemérita Institución, en Agua Dulce.

Lo más difícil es no verlos crecer, admite. Cuando sucedían accidentes en los que niños o jóvenes estaban involucrados, sentía miedo de que les pasara algo similar, por eso, Blanca Salinas habla de tiempo de calidad, sobre cantidad, pues las circunstancias la orillaron a necesitar trabajar para sacar adelante a sus hijos, a quienes, a pesar de la edad, no deja de referirse como sus ‘bebés’, “jamás dejarán de serlo”.

Su trabajo es complicado porque los horarios no son fijos y las jornadas son extenuantes, sin embargo, Blanca Salinas asegura que la clave es saber equilibrar y señala que sí se puede trabajar y educar a los hijos. “Salí y me iba a casa el resto del día, procuro hacer eso. Además, si están enfermos, necesitan hacer algo o ir a algún lugar, estoy ahí, porque la prioridad es la familia. La labor humanitaria es hermosa, te hace crecer, pero la familia es importante”.

SERVIR Y EDUCAR

Eloina Sánchez Velázquez, de 54 años de edad, porta el uniforme de la Policía Municipal con mucho orgullo, corporación a la que ingresó desde hace 17 años para tener un trabajo que le permitiera sacar económicamente adelante a su familia.

La entrevistada recuerda que antes de separarse de su pareja era ama de casa, pero cuando se convirtió en madre soltera, por sus dos hijos —un hombre y una mujer— se decidió a salir a buscar un trabajo. Comenzó en la comandancia de la Policía Municipal como secretaria, pero pronto pasó al área de servicio en la que actualmente se encuentra.

A pesar de las duras jornadas de 24 por 24 horas, Eloina Sánchez se dio tiempo y espacio para ver por sus hijos, además de que señala que a través del uniforme también podía contribuir a cuidar a su familia y mejorar su entorno.

“Me gusta mi trabajo, pero lo sentí por mis hijos, por el tiempo. También me dicen que tienen temor, pero están orgullosos”, comenta la mujer policía y luego agrega que la parte más difícil fue durante la adolescencia, cuando los jóvenes se vuelven rebeldes, especialmente si no hay una figura en casa por una jornada de 24 horas.

No obstante, lo más bonito para ella es que significa todo para sus hijos, quienes actualmente tienen más de 30 años y ya han hecho su vida, gracias al apoyo de Eloina: “Me respetan y me quieren mucho, estamos en las buenas y en las malas y yo soy su todo; soy su heroína”.

Por Violeta Santiago