Juchitán, Oax.- Desde tiempos muy remotos sus habitantes se distinguieron por su valentía, su orgullo, su dignidad y por la defensa y aplicación de los valores más sagrados para la humanidad: La libertad y el imperio de la justicia.

De ahí sus motivos de rebeldía y lucha contra los malos gobiernos, que a pesar de tanta sangre derramada y tantas leyes para garantizar el progreso deseado, siguieron y siguen controlando el poder y tomando venganza contra quienes se revelaron en esos tiempos pasados.

Se llama Juchitán y la están dejando a su suerte para que la delincuencia y la corrupción le depare un futuro incierto y la desgracia la convierta en el peor lugar para vivir.

Entonces, en ese país llamado México mágico, donde muchas cosas malas suceden contra los intereses de sus habitantes y no pasa nada, gobernaba un individuo de diminuta estatura, calvo y parecido a un duende del cuento de blanca nieves, al que sus súbditos llamaban presidente de la república.

Un día se le ocurrió recorrer algunos pueblos de Oaxaca. Para esto se reunió con los expertos que preparan las giras y ponen en orden la ruta crítica de la agenda, de repente se le ocurrió hacerle una pregunta al que en aquellos años gobernaba Oaxaca.

Oiga señor gobernador,

-Sí señor presidente, dígame…, estoy a sus respetables órdenes señor.

¿Cómo se llama ese lugar donde nuestro Partido Revolucionario Institucional perdió por primera vez en la historia del país unas elecciones municipales con el PSUM (Partido Socialista Unificado de México)?

-Se llama Juchitán señor presidente, pero no le recomiendo visitar ese lugar. Sus habitantes son muy rebeldes, son violentos y los líderes de la organización COCEI han dicho que su presencia no es grata en esa ciudad.

No se preocupe usted señor gobernador, yo tengo la fórmula para contentar los ánimos y hacer que cambien de parecer esos dirigentes coceistas.

Corría la década de los 90. Aquel hombrecillo parecido a un duende pero revestido de mucho poder, cumplió su capricho de llegar a Juchitán con toda tranquilidad, es más, se dio el gusto de pasearse en el parque “Benito Juárez”, aun contra los protocolos de seguridad implementado por personal del Estado Mayor Presidencial.

La fórmula aplicada por aquel gobernante no tuvo nada de mágica, ni mucho menos implicó gran esfuerzo pensar y encontrar la solución al asunto. Simplemente se aplicó lo que siempre ha funcionado en los quehaceres de la política.

“Con dinero bailan los canes y también sus dueños”. Y “A ver quién aguanta cañonazos de millones de pesos”.

A partir de aquel entonces quedaron escritas con letras de oro en las oficinas del gobierno del estado de Oaxaca las recomendaciones de ese diminuto presidente.

“A los revoltosos que fingen ser defensores de pueblos y estar en contra de los gobiernos federal o estatal, aviéntenles cañonazos de dinero y dénles a saborear la miel del poder con puestos públicos, verán cómo se amansan y cómo terminarán odiados por los que una vez dijeron defender”.

Mucho de brujo debe de tener ese gobernante duende, orejón y calvo, porque lo que sentenció se está cumpliendo.
Han pasado los años desde la visita a Juchitán de aquel personaje, quien por cierto sigue controlando el poder, gracias a la inmensa fortuna acumulada durante su administración sexenal.

Ahora la ciudad de Juchitán se ha convertido en un lugar donde impera la delincuencia, la injustica, la impunidad, la inseguridad, el caos, el desorden, en resumen una ciudad sin ley donde cada tres años se pelean como perros los huesos del palacio municipal.

De todas las cosas malas que suceden en la ciudad, las autoridades de los tres niveles se enteran y al omitir sus responsabilidades, permiten que Juchitán siga cayendo en el abismo sin fin, toda vez que los problemas son cada vez más graves e irreversibles, parecidos a enfermedades sin cura alguna.

Son muchas las causas de los problemas, pero los más fuertes son lo que se describe a continuación:

Propietarios de terrenos invadidos por dirigentes de la Cocei y del PRI, desesperados por encontrar justicia a sus justas demandas, han acudido a gobernadores, tanto a los del PRI, como al actual salido de varios otros partidos, incluyendo algunos dizque de izquierda aliados a uno de la derecha.

Las respuestas han sido las mismas.

El secretario anuncia al gobernador, señor, vienen unas personas de Juchitán, dicen que traen un asunto relacionado con invasiones de tierras por parte de coceistas y priistas.

Ahhhhh sí, se trata de invasiones de tierras, diles que regresen otro día o si no, que a las famosos e inservibles audiencias públicas.

Presidentes de módulos de sistemas de riego envían sendos oficios al gobernador, en los que informan acerca de invasiones de canales de riego, drenes y acotamientos de carreteras consideradas terrenos federales, estas invasiones son promovidas por dirigentes de la COCEI y también del PRI.

Qué respuestas les damos señor.

Pues si son invasiones donde está involucrada gente de la COCEI no podemos hacer nada…, la verdad es que esas malas e ilegales acciones son el costo de la estabilidad del gobierno, recuerda , lo que reconoció una vez el que fue presidente municipal de Juchitán salido de las filas del PRI…”: Esos dos millones de pesos que mensualmente se destinan a las nóminas de los aviadores son el costo de la estabilidad política de Juchitán”, eso le permitió terminar su gestión municipal, aparentemente sin golpeteos de la Cocei.

Dueños de terrenos invadidos envían oficios al titular del Ejecutivo federal buscando justicia a sus demandas, fueron atendidos por un funcionario de la Secretaría de Gobernación, quien al menos les dio una mínima esperanza con algunas promesas y un gesto como de verdadero justiciero federal.

¡Oohhhh sorpresa! La Secretaría de Gobernación turnó el asunto de la invasión de terrenos ajenos a la Secretaría de Gobierno del Estado de Oaxaca , es decir, la pelota la regresan donde ya había estado y salido sin solución alguna. Como dicen los niños: ¡¡Plop Condorito!!

Legaron los risibles días de despilfarros procesos electorales y con ellos los invasores de terrenos particulares y federales vuelven a las cargas.

Ya les dijeron, ya están enterados, ya saben lo que está pasando en Juchitán.

Hay invasiones de terrenos, hay cierres constantes de vías de comunicación, hay enormes pérdidas económicas, la inseguridad es más grave cada día, la ciudad de Juchitán es un muladar por tantos ambulantes desorganizados, los políticos ya se metieron en las velas y las convirtieron en pasarelas, donde dan pena tantos lambiscones y gusanos de guayabera, en fin, Juchitán va rumbo un futuro desgraciado y con triste fin.

Pareciera que por lo que las autoridades federales y estales sienten por Juchitán, existe la probabilidad de un acuerdo oculto para dejar a la ciudad a su suerte, permitiendo que la hagan pedazos sus propios hijos, de tal manera que, los dirigentes de la Cocei, con sus desmedidas ambiciones de dinero y poder, vean como el monstruo de mil cabezas que crearon, terminen con lo que fue un pueblo heroico y valiente.

En fin, a como se están dando tantas cosas malas, se puede inferir que las respuestas de las autoridades federales y estatales a los problemas de Juchitán son: No hagan nada por Juchitán, dejad que se destruya, dejad que los que tanto dijeron que buscaban su progreso, la vean agonizar y acabar como un real pueblo sin ley, dejad que los coceistas acaben con Juchitán, así han de pensar los que como autoridades no hacen absolutamente nada por ella. Pobre Juchitán.