Poza Rica, Ver.- Nunca como hoy las noches fueron tan oscuras, intimidantes y desoladoras para las trabajadoras sexuales. La soledad de las calles las hace ver vulnerables y frágiles ante una crisis que apenas empieza, pero que ya es agobiante, sobre todo porque ellas viven al día.

Entrada la noche las siluetas y el cadencioso caminar  de estas chicas es lo único que nos hace recordar que la ciudad aun tiene vida nocturna. Mientras todos duermen y se quedan en casa, el ruido de los tacones sobre el pavimento parece ser un sensual llamado, pero ya nadie responde.

En el triángulo de la llamada “zona roja”, delimitado por las calles Antonio J. Bermúdez y Constitución, en la frontera de las colonias Tajín y Flores Magón, las sexoservidoras se mueven en las aceras, sin poder ocultar sus preocupaciones y su desesperanza.

A muchas les sorprendió el cierre de bares y cantinas, que era lo que le daba vida a esta zona. Ahora están atrapadas entre la necesidad económica, la falta de clientes y el coronavirus. Si no hay clientes, no hay “servicios”… y tampoco ingresos.

–¿Cómo pinta la noche?, le preguntamos a Johana quien esconde su mirada, al igual que su nombre real, mientras fuma un cigarrillo y nos señala hacia el fondo de la calle Bermúdez, con dirección a la colonia Morelos.

-No hay ni un alma por aquí, hasta los taqueros ya se fueron,  y la cosa se pondrá peor. Cerraron los bares y cantinas, y ahora, esto está más muerto que un paciente con coronavirus. Cómo le voy a hacer para llevar dinero a casa, mi mamá está enferma, y tengo 3 niños, que ni siquiera tengo quién me los cuide.

–¿Por qué no buscas otro empleo?

-Todo mundo piensan que conseguir empleo es fácil, creen que uno anda en la calle de piruja por gusto. Están mal todos, es la necesidad la que nos obliga a andar aquí, porque ni siquiera de “gata” nos dan empleo… no faltan las mujeres acomplejadas que piensan que les quitaremos el marido. Las mujeres son las principales enemigas de las mujeres.

Para todo piden estudios, experiencia y recomendaciones. ¿De dónde, si apenas terminé la prepa? ¿Quién te contrata así?

En el caso de Poza Rica se estima que 8 de cada 10 trabajadoras sexuales tienen entre 1 y 6 dependientes económicos. Por esta razón, quedarse en casa no es una opción. Pero salir tampoco es muy redituable, porque sus principales clientes eran personas mayores, que son los que menos están saliendo a la calle.

Para Mary, ya de por sí la prostitución es algo difícil y ahora, con la emergencia del coronavirus, la situación es más que crítica. Según ella, “a veces dan ganas de llorar, porque no cae nada. Son horas de estar parada, usando tacones altos, sin cenar, solo esperando”.

– ¿No te da miedo salir a trabajar?

-Si da miedo, pero no tengo quien me mantenga. Tengo hijos que van a la escuela, no puedo llegar a la casa con las manos vacías, necesito llevarles de comer. Ahorita no están yendo a la escuela, todavía es un poco más difícil porque pasan mucho más tiempo en la casa y eso hace que pidan comida, un refresco o alguna chuchería, y a veces ni para eso alcanza.

Karla es otra de las chicas que encontramos en la colonia Tajín. Su frustración es evidente, se le ve cansada y preocupada. Si bien esta noche hay menos chicas y trans en la zona, esto no le ayuda en nada, porque no hay clientes, ni siquiera borrachos en las calles.

– ¿ Por cuánto tiempo más vas a permanecer en las calles trabajando?

-Me gustaría irme a mi casa y descansar como lo está haciendo mucha gente, pero al final de cuentas alguien tiene que trabajar. Yo ya no tengo hijos chiquitos, pero todavía tengo a mi mamá, que sí necesito mantenerla, está en cama y tengo que pagar a alguien que me ayude con ella. Yo no me puedo dar el lujo de quedarme en mi casa.

– ¿Les han dado alguna recomendación sanitaria por el coronavirus?

– No, solo lo que hemos visto en face. Pero lo único que podría hacer es ocupar un cubrebocas o unos guantes, como lo están recomendando, pero realmente en este trabajo el que ocupes esos artículos es muy mal visto, podrían pensar que está uno enferma”.

Deyanira se mostró más optimista, nos jura que ya es mayor de edad, pero se ve más pequeña. Apenas empezó en el oficio y señaló que no cree en esa pandemia. Ella piensa que “seguramente son cuestiones del gobierno”.

¿Por qué no te vas a casa. En verdad no tienes miedo?

-Yo trabajo porque necesito dinero, en casa me corrieron, y pues tengo que pagar renta, tengo que salir adelante sola y no puedo estar esperando a que si el gobierno me ayuda, a mucha gente dicen que sí les han ofrecido darles dinero, pero a nosotras quién nos va a dar.

Lo cierto es que las calles de la “zona roja” están vacías, incluso la famosa 2 Oriente, que en otros días podía verse con una intensa actividad nocturna.

El amanecer se acerca, estas chicas son las únicas almas que se mueven. Tristemente hoy llegarán a casa cargando miedos y preocupaciones, mientras navegan en la desesperanza y en un mar de lágrimas.