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EL DESASTRE DE FIN DE SIGLO

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Por Leonardo Zaleta

Cronista de la ciudad

La lluvia diabólica se asomó por el cielo negro aquella infausta madrugada del jueves 30 de septiembre de 1999.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunció la tormenta tropical No. 11, que al chocar con una onda fría se transformó en ciclón, hinchó la corriente de los ríos Necaxa, Tuxpan, Tecolutla, Cazones, Vinazco, Bobos y Nautla, los esteros, y empeoró la situación cuando el lunes 4 de octubre, los arroyos Cocineros, Salsipuedes, Hueleque, Mollejón y Del Maíz, que cruzan la ciudad y la zona conurbada, causaron pánico, angustia, desolación y muerte. El sol acobardado se agazapó varios días.

Se inundaron las colonias Infonavit Gaviotas I y II, La Rueda, Independencia, Lázaro Cárdenas, Fraccionamiento Hidalgo, México, Benito Juárez, 27 de Septiembre, Florida, Palma Sola, Morelos, Floresta, Vergel, Granjas, Ignacio de la Llave y parte de la Chapultepec, (se habló de 35 en total), muchas de ellas asentadas en zona de alto riesgo por irresponsabilidad de las autoridades municipales.

Al ver el nivel de las aguas crecidas, los vecinos ribereños decían por costumbre: “Hasta ahí ha llegado siempre”. Esta vez iba a ser distinto, pero ellos no lo sabían.

Por todos los puntos se escuchaba terrorífico el ulular de las sirenas de bomberos, ambulancias y patrullas. De una vivienda a otra llegaban gritos desesperados y llantos desgarradores. Comenzó la evacuación involuntaria y pesarosa.

Cientos de viviendas resultaron anegadas y otras destrozadas. Del otro lado del río se siniestró Totolapa, Caminos y Plan de Ayala.

También quedaron sepultadas bajo las aguas furiosas las poblaciones de Tecolutla, Gutiérrez Zamora, Nautla, Martínez de la Torre, Tuxpan, Santiago de la Peña, Cobos, Tamiahua, Cazones y algunas de la sierra totonaca y la poblana. Eran los primeros días del mes de octubre. Era el último año del siglo XX, pero parecía el fin del mundo.

Algunas torres de alta tensión de la CFE se vinieron abajo y se cortó la energía eléctrica, se interrumpió el servicio telefónico y hubo desabasto de gasolina; se colapsaron carreteras y puentes; el aeropuerto Tajín suspendió sus vuelos debido a la fantasmal nubosidad y los vientos de 90 kilómetros por hora; el puente Cazones fue cerrado a la circulación el martes 5 de octubre, las emisoras de la empresa Servicio Radiofónico de Poza Rica dejaron de transmitir, la Central de Autobuses se inundó y las unidades se averiaron, con lo que la ciudad más importante del norte del estado quedó virtualmente incomunicada.

Los almacenes Salinas y Rocha, Chedraui y Soriana (recién inaugurado), al romperse los escaparates de vidrio dejaron salir estufas, refrigeradores, escritorios, televisores, colchones, etc.

Desafiando la vorágine, algunos temerarios intentaban atrapar lo que flotaba como botín, pero la fuerza avasalladora de la creciente lo impedía, y para colmo frustraban la pesca los animales muertos, palizada, vehículos, muebles, árboles, etc., de aquel hediondo basurero flotante.

La Central de Abastos y los almacenes de autoservicio semejando un archipiélago, suspendieron las ventas; hubo compras de pánico a pesar que los tenderos encarecieron los artículos de primera necesidad.

El día 6, en algunas áreas, el nivel desbordado de las aguas alcanzó los 8 metros sobre su cauce normal. Arrasó hatos ganaderos, sembradíos y plantaciones; los árboles antes enhiestos sucumbieron y los cerros se desbarataron, pues la tierra húmeda no los pudo retener. La lluvia persistente borroneaba el paisaje.

Cuando amainó el temporal, el presidente Ernesto Zedillo pasó a Xalapa a invitar al gobernador Miguel Alemán para que lo acompañara a registrar el drama en colonias, rancherías y municipios devastados, a fin de hacer un recuento de daños y dictar los correctivos pertinentes. Llegaron a la zona y escucharon clamores e impertinencias del pueblo angustiado y colérico.

En Gutiérrez Zamora, caminando entre el lodazal, el presidente fue interceptado por un grupo de damnificados. Comenzó su perorata refiriéndose a la crueldad de la naturaleza. En eso, una señora gritó ¡Tenemos hambre! Zedillo continuó y nuevamente se escuchó la exigencia de la señora: ¡Ayúdenos! Entonces el jefe de las instituciones nacionales la encaró contrariado: “¡Señora, ya van dos veces que me interrumpe, la próxima me las paga!”

El ejército puso en operación el Plan DN-III-E, la Armada y la Fuerza Aérea Mexicana hicieron otro tanto, y se intensificaron las maniobras de rescate, salvamento y primeros auxilios, en que estuvieron involucrados: La Comisión Nacional del Agua, los cuerpos de seguridad, bomberos, socorristas de la Cruz Roja, Protección Civil, Tránsito, Petróleos Mexicanos con maquinaria y personal, la Policía Judicial, la Federal de Caminos, y sobre todos los vecinos que somnolientos y cansados, pero valerosos y decididos, con la ropa hecha girones, desde un principio diseñaron una cruzada emergente.

Lanchas, herramientas, picos, palas, carretillas, rastrillos, tambos, todo era útil para comenzar a expulsar el lodo acumulado, la basura, la chatarra, los fétidos olores. Hubo innumerables actos de rapiña nocturna, pero también otros de heroísmo, desprendimiento y fraternidad.

Llegaron lanchas y helicópteros de otros estados con provisiones, y cuando se restableció la comunicación, aparecieron socorristas, buzos y cuadrillas de trabajadores para remediar la hecatombe. Los reporteros y fotógrafos sobrevolaban la inmensa laguna que se hacía nudo con el mar.

Proliferaron las enfermedades gastrointestinales y dermatológicas, el dengue, las calenturas, el vómito, los resfriados, el hambre, los desmayados, los heridos, los electrocutados, la angustia por los desaparecidos, los intoxicados, las crisis nerviosas por los atrapados en árboles, azoteas y cerros, el llanto amargo por el patrimonio perdido. Todo ese cuadro de infortunios le dio a esos días y noches tenebrosas ribetes de pesadilla, de duelo incontenido.

Se establecieron algunos centros de acopio y albergues en el gimnasio municipal, el Club de Leones, la escuela “Miguel Alemán”, la Art. 123 “María Enriqueta” y la ESBO (2,500 damnificados por lo menos), y comenzó a distribuirse la ayuda: medicinas, alimentos, agua embotellada, ropa, cobijas, dulces a los niños, etc.

El Complejo Petroquímico Escolín comisionó a Agustín Quiroz Romero, trabajador de 50 años, capacitado en rescate y protección civil, al área de la Plaza Garibaldi en la colonia Manuel Ávila Camacho, el tramo de una cuadra comprendido entre los arroyos del Maíz y el Mollejón.

Bajó del enorme camión Mack con la cuadrilla a su cargo. En la cercana colonia Lázaro Cárdenas había una ancianita y su nieta que pasaban serias tribulaciones para afrontar los embates de las grandes aguas.

Cerca del puente peatonal, detrás de las fondas y garnacherías sobre el bulevar Ruiz Cortines, apoyados con mecates cruzaron el arroyo crecido. Auxiliaron a la abuelita y después a la nieta de 18 años, embarazada.

Veinte años después, Agustín buscaba por ese rumbo a un señor que servía banquetes, y al platicar con la esposa del chef, recordaron los sucesos de la inundación. Narró la proeza y al entrar al detalle de la embarazada, su sorpresa fue mayúscula cuando la señora exclamó: “Esa era yo”, después, señalando hacia el patio le dijo “y esa es mi hija, nació después del susto”.

Este hito despreciable dejó pérdidas multimillonarias, desolación, y un saldo de muertos y desaparecidos horroroso. Poza Rica fue declarada zona de desastre. Con las esperanzas marchitas, la gente comenzó a rescatar lo que quedó para volver a empezar.

Se frustró el festival “Primer sol del milenio” programado por el gobierno del estado para el 21 de marzo del año 2000.


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De los Ángeles a los Demonios. Día Mundial del Medio Ambiente: Reimagina, recrea, restaura

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Dra. Denisse de los Ángeles Uribe Obregón

Magistrada del H. Tribunal Superior de Justicia

El próximo cinco de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, ya que su trascendencia es considerada como la fecha más importante del calendario en materia medioambiental; los antecedentes de su instauración se remontan a junio de 1972, cuando Naciones Unidas realizó la primera gran conferencia sobre el medio humano, la cual tuvo lugar en Estocolmo, Suecia.

Como resultado de este coloquio, el 15 de diciembre de ese mismo año, se llevó a cabo la reunión de la Asamblea General de la ONU en donde se aprobó la resolución A/RES/2994/XXVII,  la cual estableció el Día Mundial del Medio Ambiente, con el propósito de exhortar a los gobiernos y a las organizaciones para emprender actividades encaminadas a proteger nuestro planeta.

Es preciso señalar que durante la mencionada reunión también se aprobó la resolución que dio origen al programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, cuyo objetivo principal es promover  el uso racional de los recursos naturales e impulsar el desarrollo sostenible.

Durante este año, el Día Mundial del Medio Ambiente estará enfocado en crear conciencia sobre la importancia de cuidar los ecosistemas; bajo el lema “reimagina, recrea, restaura” desde Pakistán, sede de esta celebración, se darán a conocer las estrategias orientadas a prevenir, detener y revertir el daño causado a la naturaleza, además de que marcará el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

La cooperación internacional ha traído como resultado un impacto positivo en el desarrollo del derecho ambiental, produciendo importantes cambios legislativos e institucionales en los países;  desde la década de los setenta a la actualidad, México ha firmado 77 Tratados Internacionales o acuerdos interinstitucionales en la materia, entre los que destacan la Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano y la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

Por cuanto hace a la legislación nacional, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce en su artículo cuarto, párrafo quinto, el derecho humano al medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar, además de establecer que el daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley.

La Reforma Constitucional que incluyó este derecho humano, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 28 de junio de 1999, no obstante que desde 1988 se promulgó la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente, la cual establece los presupuestos mínimos para la preservación y restauración del equilibrio ecológico y tiene entre sus objetivos definir los principios de la política ambiental y los instrumentos para su aplicación.

Actualmente se encuentran en vigor quince leyes de aplicación nacional en materia medioambiental, así como reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas (NOM) derivadas de éstas, además cada entidad federativa cuenta con una ley local de protección al medio ambiente.

Por cuanto hace a las autoridades federales encargadas de promover el cuidado a la naturaleza, las más importantes son: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cuyo objetivo es brindar garantía al desarrollo sustentable y al equilibrio ambiental, así como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, encargada de vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales y salvaguardar los intereses de la población en temas relacionados con la naturaleza, además de sancionar a las personas físicas y morales que violen la legislación ambiental.

Asimismo, existen numerosas fundaciones y asociaciones cuyas acciones están encaminadas a proteger la naturaleza, tales como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y Pronatura, sin embargo, debemos estar conscientes que preservar nuestro planeta es una tarea que nos corresponde a todas las personas, toda vez que nuestra supervivencia y bienestar dependen de su cuidado y protección.


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El caso Ximenes Lopes

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Por José Roberto Ruiz Saldaña

Recientemente tuve la oportunidad de exponer de forma virtual, a invitación de la Casa de la Cultura Jurídica Veracruz, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el Caso Ximenes Lopes vs Brasil (2006). Se trata no solo del primer pronunciamiento convencional sobre los derechos de las personas con discapacidad mental, sino de una sentencia clara y contundente que fija los estándares de actuación de los Estados parte en servicios de salud mental.

El asunto se originó con motivo de lo sucedido al señor Damião Ximenes Lopes quien en octubre de 1999 ingresó, por segunda vez, a una clínica de salud mental privada por problemas de nervios, pues no quería comer ni dormir y no tomaba sus medicinas. No obstante que su ingreso se dio en perfecto estado físico, sin señales de agresividad ni lesiones corporales externas, entró en un baño del que se negaba a salir, por lo que fue dominado y retirado a la fuerza por un auxiliar de enfermería y otros pacientes; a la postre fue sometido a contención física la cual duró toda la noche; en la mañana su madre lo visitó y lo encontró sangrando, con hematomas, con dificultad para respirar, agonizante, aún sometido; finalmente murió.

En la sentencia destacan, entre otras, las consideraciones de la Corte IDH en torno a las obligaciones de los Estados así como la especial atención a las personas con enfermedad mental. Por lo que respecta el primer aspecto, la instancia internacional sostuvo que los Estados tienen la obligación de prevenir que terceros interfieran indebidamente en el goce de los derechos a la vida y a la integridad personal; en este sentido, los Estados tienen el deber de regular y fiscalizar toda la asistencia de salud prestada a las personas bajo su jurisdicción, independientemente si la entidad que la presta es de carácter público o privado; así, los Estados son responsables tanto de regular permanentemente la prestación de los servicios y la ejecución de los programas nacionales relativos al logro de una prestación de servicios de salud públicos de calidad, como de crear mecanismos para inspeccionar y fiscalizar las instituciones y establecer procedimientos disciplinarios o judiciales para casos de conducta profesional indebida o de violación de los derechos de los pacientes.

Por su parte, en relación a la especial atención a personas con discapacidad mental, la Corte IDH sostuvo que toda persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una protección especial; que las personas con discapacidad a menudo son objeto de discriminación por su condición, por lo que los Estados deben adoptar medidas para eliminarla; que de hecho las personas con discapacidad que son sometidas a tratamientos en instituciones psiquiátricas son particularmente vulnerables a la tortura u otras formas de trato cruel, inhumano o degradante; asimismo, que los Estados deben garantizar que se preserven los derechos de los pacientes de instituciones psiquiátricas de recibir un tratamiento digno, humano, profesional y ser protegidos contra explotación, abuso y degradación.

Esta sentencia, cabe decir, ha prácticamente iniciado una línea jurisprudencial de la Corte IDH en materia de debida gestión de servicios de salud, esto es, ha guiado razonamientos en casos en que se han visto afectados distintas modalidades del derecho a la salud, como en los Casos Suárez Peralta vs Ecuador (2013), I.V. vs Bolivia (2016) y, más recientemente, Poblete Vilches vs Chile (2018). Su importancia radica en que la Corte IDH ha dejado muy claro el deber de los Estados de regular y fiscalizar las instituciones que prestan servicios de salud, como medida necesaria para la debida protección de la vida e integridad de las personas bajo su jurisdicción, es más, el Estado no solo debe regular y fiscalizar las instituciones de salud sino que tiene el especial deber de cuidado en relación con las personas ahí internadas.

Este precedente interamericano no obliga solo a Brasil sino a todos los Estados parte de la Convención Americana de Derechos Humanos por lo que hace a exigibilidad en los parámetros de actuación en tales servicios de salud. Con esa sentencia y todas aquellas con línea jurisprudencial en torno a dicho derecho, en México se debe regular y fiscalizar aún más los servicios de salud.

Consejero electoral del INE

@Jose_Roberto77


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Ni para profetas, ni para demagogos.

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“Poza Rica, experta en refinerías. Sueños moluscos, realidades invertebradas”

Por Lic. Héctor Hugo Viveros G. Saldaña.

 Poza Rica es una ciudad que cuenta en su historia, la historia de la industria petrolera de México. En resumidas cuentas, explotación de recursos naturales, fuga de dinero, sostenimiento de infraestructura y plantilla laboral por razones políticas y no técnicas, contaminación y crisis.

Desde hace décadas, la producción de hidrocarburos en Poza Rica dejó de ser suficiente para sostener el mantenimiento de la infraestructura y la plantilla laboral de los años 80’s. El problema adyacente es que la comodidad en las jornadas laborales y las altas prestaciones de los trabajadores de Petróleos Mexicanos eran inalcanzables para cualquier otro empleador. Ahora son inalcanzables para Pemex. Los accidentes fatales también se han hecho presentes.

Desde hace años, los criterios para sostener la infraestructura y la plantilla laboral responden al interés político más que una estrategia comercial financieramente sostenible, y como en muchas cosas, la pandemia nos vino a enfrentar con la realidad y la contratación de más plantilla laboral para simular una recuperación económica inexistente en la empresa que se vio obligada a detenerse.

El último suspiro de recuperación de esa industria en esta región sucedió en el sexenio 2006-2012. Las estrategias de Calderón reactivaron momentáneamente la industria, pero la inversión privada nacional y extranjera no soporta las deudas millonarias con las que Pemex operó durante mucho tiempo. Después de hacer quebrar a varias empresas, la realidad dejó de nuevo sin empleo a decenas de miles y a varias empresas quebradas por los créditos otorgados a Pemex. A la fecha, un contrato de Pemex ya no es recibido como garantía en préstamos, porque a pesar de que el Presidente declara que la corrupción y el robo de hidrocarburos ya se erradicaron, la realidad es que Pemex garantiza su necesidad pero no el pago por la obra ejecutada, los servicios prestados o los productos adquiridos. Esto es una realidad persistente y el retraso en los pagos de deuda han producido la pérdida de miles de empleos y la desaparición de decenas de empresas que quebraron esperando el pago de Pemex.

La ganancia de votos que genera las promesas de esos años de gloria, por cierto inexistentes, es una realidad molusca como su promotor: sin estructura y sin sustento, con pies y cabeza, pero sin huesos que lo sostenga.

Además, depender de una industria que explota recursos no renovables tiene un sólo destino: su desaparición de la industria junto con el recurso que explota. La opción es la fractura de la piedra porosa, técnica que condena a la muerte a la flora y fauna endémica del lugar en el que se practica, lo cual es un hecho demostrado y documentado en todo el mundo. A mediano y largo plazo la migración generada por el desempleo habría que sumarle la migración generada por la contaminación, de por sí ya grave, de los mantos acuíferos de los que se obtiene el agua potable de la ciudad. El costo de salvar la industria es matar al medio ambiente y los otros recursos para el sustento de la vida humana.

Seguir viviendo de la industria que está condenando al planeta a un periodo de extinción de especies semejante al del pérmico-triásico no es por ningún motivo una opción ética, y tampoco debería ser el centro de la propuesta de recuperación económica.

Poza Rica, necesita asumir la realidad de los hechos: 1) Pemex aprendió aquí, que los complejos petroquímicos son insostenibles ante determinadas circunstancias, y los trabajadores de la empresa saben bien porque aquí no es negocio; 2) El mayor número de empleos y productividad de la ciudad dependen de otras actividades terciarias en las que Pemex no interviene; 3) Cada 3, 4 o 6 años escuchamos el mismo discurso que promete una mega inversión para Pemex y esta nunca llegó ni llegará, prueba de ello es que ante la disposición de once mil millones de pesos, Pemex prefirió implementarlos en el extranjero y no en Poza Rica; 4) Es necesario entender y comprender que impulsar una industria que tiene como resultado final la emisión de gases de efecto invernadero y el incremento del promedio mundial de la temperatura global es éticamente insostenible; 5) La mejor opción es emanciparse de Pemex y apuntalar el desarrollo económico de la ciudad a otras actividades comerciales, que dependan menos de la intervención política y más de la innovación ciudadana; y 6) Cuando el gobierno federal tuvo dinero para invertir en la industria, Poza Rica no fue una opción, a pesar de un alcalde, diputada local, que además es presidenta del Congreso del Estado y una diputada federal que hoy busca reelegirse y al gobernador del estado que pertenecen al mismo partido político del Presidente, no mandaron dinero ni para pagar la deuda de Pemex o para reactivar la economía de la ciudad que se rindió a sus pies en las urnas en las últimas 3 elecciones.Contacto:

[email protected]


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