Agua Dulce, Ver. – Un terreno había sido peleado, por años, por vecinos de la 1005, para convertirlo en zona recreativa, pero fue invadido.

Habitantes de la colonia 1005 indicaron que la falta de interés de las pasadas administraciones municipales permitieron que se perdiera un terreno de Petróleos Mexicanos (PEMEX) que se había pedido para uso como área recreativa, pero que acabó invadido por “paracaidistas” que llevan ya un par de años de haberse asentado, pues hasta construyeron una docena de casas e incluso tienen algunos servicios como televisión satelital o electricidad.

La señora Guadalupe Yépez es una pobladora de esta colonia que lleva años haciendo solicitudes, a nombre de vecinos de la calle El Bari, para que aquel terreno ubicado en la esquina de dicha calle con Los Pinos fuera donado a la colonia para que se instalara un parque infantil o alguna cancha deportiva.

Esta ciudadana incluso cuestionó al entonces Secretario del Ayuntamiento, Agustín Hernández Monroy, a quien en aquel entonces le dijo que si no sabía redactar un oficio, ella podía hacerlo, pero que era necesario que lo entregaran ante los representantes de Pemex en la región.

A pesar de las gestiones de esta mujer, nunca se entregó el oficio ni prosperó la solicitud de lo que habría representado un espacio público de integración social para las personas de esta colonia. En cambio, al verse el terreno “libre”, un grupo de personas aprovechó para instalarse en él y comenzar a construir sus casas, sin ser los dueños legítimos de esa tierra.

En casi dos años llegaron cuando menos unas veinte personas que se dividieron el predio en pequeños terrenos suficientes para la construcción de un cuarto pequeño. La mayoría de las casas son de lámina o madera, pero hay algunas que ya se edificaron con material.

Según lo que en su momento contaron los “paracaidistas” (como se le denominan a las personas que llegan a terrenos, los cuales no son de su propiedad), se identificaron a sí mismos como gente que no tenía un predio propio y que solía vivir en el patio de la vivienda familiar, por lo que encontraron en este lugar una “opción” para hacerse de un patrimonio particular.

A pesar de la irregularidad, las casas cuentan con algunos servicios como electricidad e incluso hay algunas que tienen platillos de televisión satelital, aunque otros servicios básicos como drenaje o agua no están regularizados.

Al respecto, la señora Guadalupe Yépez declaró que antes de que invadiera hizo la gestión ante el Ayuntamiento, que era el encargado de hacer la solicitud formal de donación a Pemex, pero la falta de interés llevó a que este lugar quedara sin uso y que ahora fuera ocupado.

“A Daniel nunca le interesó. Era pedir que se liberara el lugar y se hiciera un espacio deportivo. Ahora seguimos pidiendo el apoyo al nuevo alcalde”, concluyó la entrevistada, quien espera que en esta ocasión sí sea escuchada por las autoridades locales, aunque con la invasión, vislumbra más difícil que puedan ocupar el terreno como un parque ya que el asentamiento irregular ya tiene algunos años.

Por Violeta Santiago