Poza Rica, Ver.- “Perdí mi trabajo y ahora espero que mi casa no se inunde”, narró cabizbajo el señor Pedro Gutiérrez, quien fue despedido de un taller mecánico que cerró sus puertas tras quedar incomunicado por los trabajos de reconstrucción de la carretera Poza Rica-Coatzintla; obra que debió terminarse hace cinco meses, y ahora sólo representa riesgos de inundaciones en las viviendas y los negocios de las colonias División Oriente y Salvador Allende.

Hace unos meses antes – recuerda – había mucho que hacer en el “jale” que en ocasiones no se daban abasto junto con sus otros cinco compañeros. Pero hace poco, su jefe se vio obligado a despedirlo porque los clientes dejaron de ir a la vulcanizadora que quedó aislada por las maniobras de rehabilitación del tramo carretero conocido como la Curva Marina.

Pero en esos cinco meses no sólo ocurrieron despidos de varios trabajadores, sino también hubo cierre de al menos unos 10 negocios, pérdidas económicas y hasta daños en sus propiedades. Pero otros negocios más ya prevén cerrar por la inactividad comercial.

Las viviendas y los locales quedaron 40 centímetros a desnivel de las planchas de concreto hidráulico que construyó la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), justamente en la zona donde cada año las inundaciones alcanzan hasta los 50 centímetros de profundidad debido a los escurrimientos de agua que provienen de las partes altas de los sectores poblacionales Salvador Allende, 12 de Octubre y La Barita.

Los vecinos y propietarios de comercios coincidieron en que la obra carretera les causará mayores afectaciones durante la temporada de lluvias y huracanes porque además de quedar “alto”, la obra, con sus camellones centrales, se convertirá en una fosa con encharcamientos de aguas, y con ello, criaderos de moscos y zancudos, éstos últimos transmisores de dengue, zika y chikungunya.

“Cuando estaba la calle al mismo nivel que nuestros negocios, me inundaba 40 centímetros. Ahora estoy esperando las aguas que vengan cuanto va a ser lo que me va a inundar…de lo que espero de agua”, exclamó Noé Bautista Herbert, propietario de un taller de torno y soldadura de camiones de carga, ubicado casi esquina con la avenida Reforma de la colonia División de Oriente.

A unos pasos más adelante se encuentra otra vulcanizadora más, propiedad del señor Gabriel de Jesús Domínguez. Él junto a otras personas más decidieron construir un muro de concreto en la puerta de su local para evitar que las inundaciones lleguen dentro de su propiedad y dañe sus piezas mecánicas.

Pero los accesos a sus propiedades siguen dañados u obstruidos con restos de material de construcción o tierra. “Aquí adelante hay varios negocios cerrados porque no soportaron…y el señor de aquí lado dice que ya se va, sólo está esperando a que termine este mes…no se puede más. El señor gobernador dijo que en dos meses, pero ya van cuatro meses que se pasaron”, reprochó muy molesto al recordar que por más de 20 años, desde que abrió su tienda, jamás había tenido problemas.

A un costado, se ubica otro negocio de clutch y frenos para vehículos del señor Carlos Carrete quien aseguró que desde seis meses no tienen ventas porque sus clientes también dejaron de ir comprar porque no hay paso.

“Tenemos seis meses parados. No tenemos trabajo, estamos sobreviviendo pagando rentas, empleados, impuestos, servicios y no vemos para cuando terminan la obra”, acotó mientras observaba a una cuadrilla de trabajadores que laboraban en la obra que es financiada por la SIOP de Veracruz.

Otros afectados lamentan que en seis meses, la SIOP causara cierre de varios establecimientos, otros con pérdidas económicas millonarias, recortes de personal y también recalcaron que quedaron “hundidos” sobre la carretera Poza Rica – Coatzintla.

Condenan que la constructora apenas esté construyendo los canales pluviales, con unos peraltes y vectores muy grandes, afectando los frentes de los negocios que se ubican sobre la colonia División de Oriente.

Finalmente, deploraron que las autoridades estatales los mantengan abandonados, sin supervisión de las maniobras y con una obra deficiente ya que el concreto hidráulico presenta agrietamientos, fisuras, obstrucciones en los accesos de los domicilios y en varios tramos carreteros carecen de drenaje pluvial.  “Toda la División de Oriente no tiene salida porque sus accesos están obstruidos, dañados”, refirió.

Por José Martín

Gráficas Ademir Lozano Neri