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POLÍTICA URBANISTA. Nueva normalidad en riesgo

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Por Arq. Braulio Javier García Nieva

¿Cómo es el día a día actual? ¿No te recuerda a una serie infantil de dibujos animados llamada “Los Supersónicos”? Si no la viste, seguro no eres población en riesgo, sin embargo, sí la recomiendo. Hoy por hoy se manifiesta como una visión futurista presente, latente y que es una realidad llamada “la nueva normalidad”.

Llegar a esto ha hecho que todo conocimiento previo se desvanezca, no existe aprendizaje previo que se pueda retomar para reaccionar como lo amerita, por más que se quiera comparar con pandemias anteriores, esas mismas que hicieron modificar la forma de vida hace menos de 100 años, esta situación no se compara por un factor de reciente creación: La tecnología.

La peste y el cólera ciñeron las entrañas de la sociedad en su tiempo, modificando todo a su paso, las costumbres, la vestimenta y hasta incluso la arquitectura, generando el movimiento del funcionalismo, esos claros y ventanales grandes para la entrada de luz y quitar los rincones oscuros y sombríos donde la enfermedad se albergaba, que pronto olvidamos sus enseñanzas y recaímos en costumbres antihigiénicas confiados en el avance de la ciencia, las vacunas. Por ello se transformó tanto que cambió su arquitectura, y es que la arquitectura no es como un bisturí que corta finamente, es como una espada que corta fuertemente y marca nuestra vida y nuestro entorno, y en esa escala, el urbanismo es más imperativo, pues ese demuele y regenera, transforma y crea ciudades que sin asegurar su éxito o mínima autoexistencia, cuando se presenta se manifiesta siempre abrumador.

Ese conocimiento y forma de reaccionar no nos sirve ahora como referencia o manual de procedimientos por la presencia de la tecnología.

Rutinarios como seres humanos que somos, nos sentimos más seguros con un entorno con el que estemos familiarizados y es inserto en nuestro entorno que encontramos un sinfín de impactos visuales y auditivos que día con día recibimos de manera consiente e inconsciente y aceptando la realidad que ellos nos presentan, y por si fuera poco, la gran mayoría de personas lleva en su mano un dispositivo electrónico que le muestra más realidades alternas de la población que las que a ese individuo le dé tiempo de ver. ¿Y cómo son estas realidades? Tanto en televisión, como en publicidad y redes sociales, los términos de la nueva normalidad aún no se ven manifiestos y es poco probable que se presenten, pues el pensar de muchos es una etapa de su vida que ya quieren superar, y con ello quieren decir que quieren saber que van a poder volver a la vida anterior, es así como si nada de esto hubiera pasado. Creo firmemente que nada está más alejado de la realidad que esa hipótesis. Pero adentrándonos en el término inmediato de la nueva normalidad, esa que manifiesta reglas de higiene como nunca antes, esa que nos separa y nos divide, que nos guarda en casa y nos adentra en comunicaciones virtuales, esa nueva normalidad se ve afectada por constantes imágenes, publicidades, publicaciones y redes sociales que aparecen como si nada pasara y nada ocurriera, ese mundo de mercadotecnia atenta con el hecho de que estamos en una nueva normalidad y hay que mantenerla para el beneficio mismo de la humanidad, incluso las familias que han sido afectadas por la pérdida de algún familiar por esta enfermedad global, después de unos meses han bajado la guardia y con ello reducido sus propias medidas de salubridad y sanitización al interior del hogar. Y es que no importa si el número de contagios sube o baja y la forma en que cada país o la región contabiliza ese hecho, si con semáforos o sólo con datos duros, la nueva normalidad será la normalidad por más tiempo y debemos cooperar con ella y es en ella donde debemos encontrar nuestras fortalezas y nuestras áreas de oportunidad para ver qué actividades realizamos que en verdad son importantes de mantener para perdurar nuestra propia existencia.

Si encontrar el sentido del qué sí debe hacer y del cómo hacerlo en cuanto a las actividades que como individuos realizamos dentro de la sociedad y de las ciudades ha sido todo un reto en la actualidad, ahora el hecho de pensar en cómo deben ser planeadas las futuras ciudades, es un área inexplorada.

Todas las teorías y prácticas de urbanismo se quedan congeladas y a punto de ser desechadas por contradecir las políticas públicas de sanidad por esta pandemia mundial, incluso la misma ONU Habitat se ha detenido y modificado sus 17 ODS a raíz de este evento global, y cómo no hacerlo, si se está poniendo en jaque la propia permanencia de la humanidad en el planeta. Principios urbanísticos que valientemente enarbolaban y manifestaban “hay que densificar las ciudades”, hoy se sienten huecos y sin razón, pues cómo vamos a generar que sean más densas las ciudades, eso ya no tiene cabida con una situación como esta que requiere separación, sana distancia y evitar las aglomeraciones. Esa es tan sólo una de las múltiples afirmaciones que antes se expresaban y hoy, o no son viables, o no se sabe qué tanto son factibles en su aplicación. A esto hay que aumentarle el desconocimiento científico que existe de ¿por cuánto tiempo será esta pandemia?, y ¿vendrá otra pandemia en camino? De momento, datos duros estadísticos evidencian las fortalezas y debilidades de cada ciudad, temas como: Por cada mil habitantes, ¿cuántos médicos hay?, ¿cuántas camas de hospital?, ¿cuántos policías? y ¿cuántos agentes de tránsito tiene cada ciudad? han sido evidenciados. Peor aún se ha demostrado el hecho que incluso, aunque esas estadísticas y esos parámetros sí se cumplan en las ciudades, hechos como estos hacen que sean insuficientes para responder a ellos y que sean las autoridades de gobierno de nivel superior las que tengan que socorrer a la ciudadanía en estos casos.


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De los Ángeles a los Demonios. Día Mundial del Medio Ambiente: Reimagina, recrea, restaura

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Dra. Denisse de los Ángeles Uribe Obregón

Magistrada del H. Tribunal Superior de Justicia

El próximo cinco de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, ya que su trascendencia es considerada como la fecha más importante del calendario en materia medioambiental; los antecedentes de su instauración se remontan a junio de 1972, cuando Naciones Unidas realizó la primera gran conferencia sobre el medio humano, la cual tuvo lugar en Estocolmo, Suecia.

Como resultado de este coloquio, el 15 de diciembre de ese mismo año, se llevó a cabo la reunión de la Asamblea General de la ONU en donde se aprobó la resolución A/RES/2994/XXVII,  la cual estableció el Día Mundial del Medio Ambiente, con el propósito de exhortar a los gobiernos y a las organizaciones para emprender actividades encaminadas a proteger nuestro planeta.

Es preciso señalar que durante la mencionada reunión también se aprobó la resolución que dio origen al programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, cuyo objetivo principal es promover  el uso racional de los recursos naturales e impulsar el desarrollo sostenible.

Durante este año, el Día Mundial del Medio Ambiente estará enfocado en crear conciencia sobre la importancia de cuidar los ecosistemas; bajo el lema “reimagina, recrea, restaura” desde Pakistán, sede de esta celebración, se darán a conocer las estrategias orientadas a prevenir, detener y revertir el daño causado a la naturaleza, además de que marcará el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

La cooperación internacional ha traído como resultado un impacto positivo en el desarrollo del derecho ambiental, produciendo importantes cambios legislativos e institucionales en los países;  desde la década de los setenta a la actualidad, México ha firmado 77 Tratados Internacionales o acuerdos interinstitucionales en la materia, entre los que destacan la Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano y la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

Por cuanto hace a la legislación nacional, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce en su artículo cuarto, párrafo quinto, el derecho humano al medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar, además de establecer que el daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley.

La Reforma Constitucional que incluyó este derecho humano, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 28 de junio de 1999, no obstante que desde 1988 se promulgó la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente, la cual establece los presupuestos mínimos para la preservación y restauración del equilibrio ecológico y tiene entre sus objetivos definir los principios de la política ambiental y los instrumentos para su aplicación.

Actualmente se encuentran en vigor quince leyes de aplicación nacional en materia medioambiental, así como reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas (NOM) derivadas de éstas, además cada entidad federativa cuenta con una ley local de protección al medio ambiente.

Por cuanto hace a las autoridades federales encargadas de promover el cuidado a la naturaleza, las más importantes son: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cuyo objetivo es brindar garantía al desarrollo sustentable y al equilibrio ambiental, así como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, encargada de vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales y salvaguardar los intereses de la población en temas relacionados con la naturaleza, además de sancionar a las personas físicas y morales que violen la legislación ambiental.

Asimismo, existen numerosas fundaciones y asociaciones cuyas acciones están encaminadas a proteger la naturaleza, tales como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y Pronatura, sin embargo, debemos estar conscientes que preservar nuestro planeta es una tarea que nos corresponde a todas las personas, toda vez que nuestra supervivencia y bienestar dependen de su cuidado y protección.


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El caso Ximenes Lopes

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Por José Roberto Ruiz Saldaña

Recientemente tuve la oportunidad de exponer de forma virtual, a invitación de la Casa de la Cultura Jurídica Veracruz, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el Caso Ximenes Lopes vs Brasil (2006). Se trata no solo del primer pronunciamiento convencional sobre los derechos de las personas con discapacidad mental, sino de una sentencia clara y contundente que fija los estándares de actuación de los Estados parte en servicios de salud mental.

El asunto se originó con motivo de lo sucedido al señor Damião Ximenes Lopes quien en octubre de 1999 ingresó, por segunda vez, a una clínica de salud mental privada por problemas de nervios, pues no quería comer ni dormir y no tomaba sus medicinas. No obstante que su ingreso se dio en perfecto estado físico, sin señales de agresividad ni lesiones corporales externas, entró en un baño del que se negaba a salir, por lo que fue dominado y retirado a la fuerza por un auxiliar de enfermería y otros pacientes; a la postre fue sometido a contención física la cual duró toda la noche; en la mañana su madre lo visitó y lo encontró sangrando, con hematomas, con dificultad para respirar, agonizante, aún sometido; finalmente murió.

En la sentencia destacan, entre otras, las consideraciones de la Corte IDH en torno a las obligaciones de los Estados así como la especial atención a las personas con enfermedad mental. Por lo que respecta el primer aspecto, la instancia internacional sostuvo que los Estados tienen la obligación de prevenir que terceros interfieran indebidamente en el goce de los derechos a la vida y a la integridad personal; en este sentido, los Estados tienen el deber de regular y fiscalizar toda la asistencia de salud prestada a las personas bajo su jurisdicción, independientemente si la entidad que la presta es de carácter público o privado; así, los Estados son responsables tanto de regular permanentemente la prestación de los servicios y la ejecución de los programas nacionales relativos al logro de una prestación de servicios de salud públicos de calidad, como de crear mecanismos para inspeccionar y fiscalizar las instituciones y establecer procedimientos disciplinarios o judiciales para casos de conducta profesional indebida o de violación de los derechos de los pacientes.

Por su parte, en relación a la especial atención a personas con discapacidad mental, la Corte IDH sostuvo que toda persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una protección especial; que las personas con discapacidad a menudo son objeto de discriminación por su condición, por lo que los Estados deben adoptar medidas para eliminarla; que de hecho las personas con discapacidad que son sometidas a tratamientos en instituciones psiquiátricas son particularmente vulnerables a la tortura u otras formas de trato cruel, inhumano o degradante; asimismo, que los Estados deben garantizar que se preserven los derechos de los pacientes de instituciones psiquiátricas de recibir un tratamiento digno, humano, profesional y ser protegidos contra explotación, abuso y degradación.

Esta sentencia, cabe decir, ha prácticamente iniciado una línea jurisprudencial de la Corte IDH en materia de debida gestión de servicios de salud, esto es, ha guiado razonamientos en casos en que se han visto afectados distintas modalidades del derecho a la salud, como en los Casos Suárez Peralta vs Ecuador (2013), I.V. vs Bolivia (2016) y, más recientemente, Poblete Vilches vs Chile (2018). Su importancia radica en que la Corte IDH ha dejado muy claro el deber de los Estados de regular y fiscalizar las instituciones que prestan servicios de salud, como medida necesaria para la debida protección de la vida e integridad de las personas bajo su jurisdicción, es más, el Estado no solo debe regular y fiscalizar las instituciones de salud sino que tiene el especial deber de cuidado en relación con las personas ahí internadas.

Este precedente interamericano no obliga solo a Brasil sino a todos los Estados parte de la Convención Americana de Derechos Humanos por lo que hace a exigibilidad en los parámetros de actuación en tales servicios de salud. Con esa sentencia y todas aquellas con línea jurisprudencial en torno a dicho derecho, en México se debe regular y fiscalizar aún más los servicios de salud.

Consejero electoral del INE

@Jose_Roberto77


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Ni para profetas, ni para demagogos.

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“Poza Rica, experta en refinerías. Sueños moluscos, realidades invertebradas”

Por Lic. Héctor Hugo Viveros G. Saldaña.

 Poza Rica es una ciudad que cuenta en su historia, la historia de la industria petrolera de México. En resumidas cuentas, explotación de recursos naturales, fuga de dinero, sostenimiento de infraestructura y plantilla laboral por razones políticas y no técnicas, contaminación y crisis.

Desde hace décadas, la producción de hidrocarburos en Poza Rica dejó de ser suficiente para sostener el mantenimiento de la infraestructura y la plantilla laboral de los años 80’s. El problema adyacente es que la comodidad en las jornadas laborales y las altas prestaciones de los trabajadores de Petróleos Mexicanos eran inalcanzables para cualquier otro empleador. Ahora son inalcanzables para Pemex. Los accidentes fatales también se han hecho presentes.

Desde hace años, los criterios para sostener la infraestructura y la plantilla laboral responden al interés político más que una estrategia comercial financieramente sostenible, y como en muchas cosas, la pandemia nos vino a enfrentar con la realidad y la contratación de más plantilla laboral para simular una recuperación económica inexistente en la empresa que se vio obligada a detenerse.

El último suspiro de recuperación de esa industria en esta región sucedió en el sexenio 2006-2012. Las estrategias de Calderón reactivaron momentáneamente la industria, pero la inversión privada nacional y extranjera no soporta las deudas millonarias con las que Pemex operó durante mucho tiempo. Después de hacer quebrar a varias empresas, la realidad dejó de nuevo sin empleo a decenas de miles y a varias empresas quebradas por los créditos otorgados a Pemex. A la fecha, un contrato de Pemex ya no es recibido como garantía en préstamos, porque a pesar de que el Presidente declara que la corrupción y el robo de hidrocarburos ya se erradicaron, la realidad es que Pemex garantiza su necesidad pero no el pago por la obra ejecutada, los servicios prestados o los productos adquiridos. Esto es una realidad persistente y el retraso en los pagos de deuda han producido la pérdida de miles de empleos y la desaparición de decenas de empresas que quebraron esperando el pago de Pemex.

La ganancia de votos que genera las promesas de esos años de gloria, por cierto inexistentes, es una realidad molusca como su promotor: sin estructura y sin sustento, con pies y cabeza, pero sin huesos que lo sostenga.

Además, depender de una industria que explota recursos no renovables tiene un sólo destino: su desaparición de la industria junto con el recurso que explota. La opción es la fractura de la piedra porosa, técnica que condena a la muerte a la flora y fauna endémica del lugar en el que se practica, lo cual es un hecho demostrado y documentado en todo el mundo. A mediano y largo plazo la migración generada por el desempleo habría que sumarle la migración generada por la contaminación, de por sí ya grave, de los mantos acuíferos de los que se obtiene el agua potable de la ciudad. El costo de salvar la industria es matar al medio ambiente y los otros recursos para el sustento de la vida humana.

Seguir viviendo de la industria que está condenando al planeta a un periodo de extinción de especies semejante al del pérmico-triásico no es por ningún motivo una opción ética, y tampoco debería ser el centro de la propuesta de recuperación económica.

Poza Rica, necesita asumir la realidad de los hechos: 1) Pemex aprendió aquí, que los complejos petroquímicos son insostenibles ante determinadas circunstancias, y los trabajadores de la empresa saben bien porque aquí no es negocio; 2) El mayor número de empleos y productividad de la ciudad dependen de otras actividades terciarias en las que Pemex no interviene; 3) Cada 3, 4 o 6 años escuchamos el mismo discurso que promete una mega inversión para Pemex y esta nunca llegó ni llegará, prueba de ello es que ante la disposición de once mil millones de pesos, Pemex prefirió implementarlos en el extranjero y no en Poza Rica; 4) Es necesario entender y comprender que impulsar una industria que tiene como resultado final la emisión de gases de efecto invernadero y el incremento del promedio mundial de la temperatura global es éticamente insostenible; 5) La mejor opción es emanciparse de Pemex y apuntalar el desarrollo económico de la ciudad a otras actividades comerciales, que dependan menos de la intervención política y más de la innovación ciudadana; y 6) Cuando el gobierno federal tuvo dinero para invertir en la industria, Poza Rica no fue una opción, a pesar de un alcalde, diputada local, que además es presidenta del Congreso del Estado y una diputada federal que hoy busca reelegirse y al gobernador del estado que pertenecen al mismo partido político del Presidente, no mandaron dinero ni para pagar la deuda de Pemex o para reactivar la economía de la ciudad que se rindió a sus pies en las urnas en las últimas 3 elecciones.Contacto:

[email protected]


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