Poza Rica, Ver.- Con tasas de interés impagables, los bancos se han convertido en los ganadores ante la crisis por la que atraviesan miles de habitantes de esta ciudad. Miles de usuarios acusan que lejos de salir de sus deudas, su historial crediticio quedó afectado y ahora nadie quiere prestarles por estar en buró de crédito.

El cierre masivo de empresas trajo consigo un sinnúmero de personas desempleadas, lo que originó que miles recurrieran a solicitar préstamos en financieras, bancos o terminaran por empeñar objetos de valor en casas de empeño.

Jorge Luis, un joven que en el 2013 laboraba en la compañía Key Energy, recuerda que tuvo la oportunidad de adquirir dos equipos de telefonía en la entonces empresa de radiocomunicación Nextel, de su sueldo dice que salía para pagar eso, y mucho más.

Sin embargo, el gusto le duró poco, pues en marzo del 2014 fue despedido como parte de los recortes de la compañía petrolera que meses después tuvo que cerrar.

En consecuencia, el joven tuvo que asumir los gastos de sus dos equipos, pero con la diferencia de que ahora estaba desempleado. Aunque en un principio pudo solventar esos gastos, meses después terminó por rendirse y dejó de pagar, lo que dio como resultado que lo boletinaran en el buró de crédito.

De la misma manera, la señora María de los Ángeles García declaró que al necesitar dinero recurrió a un banco, donde le prestaron 15 mil pesos pero tenía que pagar más de 31 mil con todo y los intereses.

La mujer de 41 años, reconoce que si bien es cierto que salió de una deuda que la aquejaba, también declara que con el paso del tiempo, ya no pudo pagar el crédito en el banco y finalmente, la empresa emprendió acciones legales contra ella. Hoy en día está por perder su casa.

Y es que la mayoría de los bancos cobran tasas elevadas a modo de que el cliente no pueda solventarlas y finalmente proceder a embargar bienes.

Ante la Condusef se han recibido decenas de quejas que tienen que ver con cobros excesivos en bancos, acoso por parte de las entidades financieras o cargos no reconocidos.

Sin embargo, acudir a estas oficinas no siempre es la solución, pues el proceso siempre es demasiado tedioso.

“Muchas veces la gente comenta que nadie nos mandó a pedir dinero prestado y no pagarlo, pero en realidad quienes recurren a estos créditos, la verdad lo hacen con la intención de librar una deuda. Jamás lo hacen con la intención de sólo recibir el efectivo y no pagar”, asegura Mayra, quien también quedó en buró de crédito luego de acceder a entrar a un crédito grupal, donde para su mala suerte, algunas mujeres quedaron mal.

En todos los casos, las personas que por laguna u otra razón dejaron de pagar un crédito, hoy en día están en el llamado buró de crédito, lo que quiere decir que no son candidatos a recibir otro préstamo.